Honoré de Balzac. La comedia humana. Escenas de la vida privada. Volumen I.Traducción y notas de Aurelio Garzón del Camino. Hermida Editores. Madrid, 2014.
En julio de 1842, Balzac escribía el Proemio de las Escenas de la vida privada para explicar el sentido del ambicioso proyecto que había decidido titular La comedia humana parodiando el título de la obra mayor de Dante.
Se trataba de un empeño titánico que le igualaba a Napoleón, porque si el emperador había acumulado un poder inmenso, él se enorgullecía de llevar una sociedad entera en su cabeza y de componer una obra de enorme ambición, con tres o cuatro mil personajes, siguiendo los modelos de los tratados de biología para reflejar la sociedad de su tiempo.
Esa idea –escribía en el Proemio- fue el resultado de una simple comparación entre la Humanidad y la Animalidad porque –añade- han existido, y existirán siempre, especies sociales como hay especies zoológicas. Si Buffon ha realizado una magnífica obra intentando representar en un libro el conjunto de la zoología, ¿no estará también por hacer una obra del mismo género con respecto a la sociedad?
En ese ambicioso plan que abarca la historia y la crítica de la sociedad, el papel del novelista es también el de un secretario, porque levantando el inventario de los vicios y de las virtudes, reuniendo los principales datos de las pasiones, pintando los caracteres, escogiendo los sucesos principales de la sociedad, componiendo tipos por la reunión de los rasgos de varios caracteres homogéneos, quizá pudiese llegar a escribir la historia descuidada por tantos historiadores: la de las costumbres.
Escenas de la vida privada, de provincias, parisiense, política, militar y rural. En esos seis libros se organizan los Estudios de costumbres, la parte fundamental en que se agrupan los casi cien títulos que Balzac afrontó en menos de veinte años para reflejar la historia de quienes no aparecen en los libros de historia, para poner en el primer plano de sus novelas a quienes hasta entonces habían sido figurantes anónimos, para revelar la vida privada y los comportamientos sociales y familiares de cientos de personajes intensamente individualizados en su carácter y en sus actitudes.
Y porque las traducciones también envejecen y la de Cansinos Assens necesitaba ya una alternativa actual, Hermida Editores publica con traducción y notas de Aurelio Garzón del Camino el primer volumen del ciclo La comedia humana, con cinco novelas -La casa de El gato juguetón, El baile de Sceaux, La Vendetta, La bolsa y La amante imaginaria-, precedidas del prólogo original de Balzac, que finalizaba con estas palabras:
La inmensidad de un plan que comprende a la vez la historia y la crítica de la sociedad, el análisis de sus males y la discusión de sus principios, me autoriza, yo creo, a darle a mi obra el título bajo el cual aparece hoy: La comedia humana. ¿Es ambicioso? ¿No es sino justo? Esto es lo que, terminada la obra, el público decidirá.
Un conjunto que permanece como uno de los monumentos imprescindibles de la literatura universal, un empeño descomunal que quedó incompleto porque la muerte le impidió rematar un plan trazado con casi ciento cincuenta obras en las que debía reflejar la vida de la Francia del primer tercio del siglo XIX.
Santos Domínguez