La causa de la necesidad de esa “regeneración democrática” hay que buscarla –según relata el rector– en la década de los años 80 cuando unos partidos y otros, las empresas y las administraciones, entraron en una dinámica que es mala para la cultura, los valores y también para la economía. Guibert destaca que, en la actualidad, España “está a la cola” en indicadores de transparencia y calidad de gobernanza, según consta en numerosos informes europeos que estudian estos ámbitos. Lo que la convierte en eso, una república bananera más que en una monarquía parlamentaria. Ya ocurrió hace un años, cuando el presidente Rajoy acudió a Rio +20 de las Naciones Unidas y, teniendo turno de palabra par hablar de desarrollo sostenible, fue anunciada su presencia en el estrado como “primer ministro de las Islas Salomón” y, aunque éste corrigió al que dirigía la sesión plenaria diciendo que él era Mariano Rajoy, presidente, nada más y nada menos que del Reino de España, la gente no quedó muy convencida. Porque España no ha dejado de ser vista ya en todo el mundo como una república o una monarquía –que para esto da lo mismo– bananera, un paraíso fiscal dónde se han podido eludir los impuestos bajo la atenta mirada del PP que ha amnistiado fiscalmente para dar ejemplo a los inversores extranjeros e inviertan en España sin temor por nuestros impuestos. Luego, cuando ya nos ponen a la altura de las Salomón, de Cuba, de las Fiji o de las Islas Caiman, lo de menos es que no tengan en cuenta que España tiene una monarquía, guste más o menos a algunos, aunque parezcan más una monarquía del Hola que de España.
Con la promoción de Marca España, el PP está queriendo poner muy de moda aquello del “Reino de España”, porque supone que tenemos una monarquía con un rey pero ya me dirán qué pinta él en un país en donde tanto le critican, y no en balde, y en donde el presidente del Gobierno no quiere o no sabe defenderse en el Parlamento cuando le exigen que se presente para contestar a las graves acusaciones de Bárcenas con quien dirigiera económicamente el PP durante tantos años en solidaridad con él… Así que las palabras de Guibert no me parecen, en el fondo, tan descabelladas.