Luego ensayó varias vocaciones: la física, la fotografía, la música y los libros, siendo estos últimos su principal desempeño biográfico, más editándolos que vendiéndolos.
El primer volumen es mucho mejor (para mis intereses). En este sólo dedica a los libros la mitad de las páginas, y la mayor parte de ellas para repetir el terrible episodio de su “salida” de Seix Barral.
En general es entretenido escribiendo, positivo (salvo cuando habla de Juan Seix) y una persona brillante y culta con muchos amigos. Vale la pena leerle aunque no sé si me animaré con los restantes (tiene hasta tres libros memorialísticos más).