Banco Sabadell y el independentismo catalán

Publicado el 15 enero 2017 por Elblogderamon @ramoncerda

Con todo el asunto este del independentismo catalán, que no voy a valorar en este post, ocurre como en tantas otras cosas. Siempre que se trata de un tema que afecta a muchas personas, nos encontramos con un bipartidismo, o mejor todavía, con una bipolaridad social de la que ya he hablado en multitud de ocasiones; ocurre entre fumadores y no fumadores, entre taurinos y antitaurinos, entre partidarios del euro y contrarios a la moneda única, etcétera. Un amplio e interminable etcétera. Por eso cuando se dicen cifras estimativas del posible éxito o fracaso del independentismo catalán, nos movemos en cifras que rondan el cincuenta por ciento. La impresión, a falta de un referéndum en el que participasen todos los implicados (el problema de los referéndums y de las elecciones es que hay mucha abstención que vicia los resultados), es que más o menos la mitad así lo quieren y la otra mitad está en contra. ¿Es cierto que el Banco Sabadell se ha posicionado en contra del independentismo?

¿Qué haría el Banco Sabadell ante una posible independencia catalana?

Banco Sabadell. ¿Cambiaría de sede ante una hipotética independencia catalana?

Estoy seguro de que a estas alturas todas las empresas que tienen parte de su negocio fuera de las «fronteras» catalanas, a fecha de hoy ya tienen decidido qué hacer, o al menos ya se lo han planteado muy seriamente. Lo que ocurre es que la mayoría no se posicionan porque posicionarse a favor del independentismo genera rechazo fuera de Cataluña, y hacerlo en contra, lo puede generar dentro. Lo más aconsejable para las empresas es mantener la boca cerrada y mantenerse en una zona convenientemente gris, alejada de blancos ni negros.

Cuando no hace mucho se relacionó a Codorníu con la consulta independentista, no tardaron las redes sociales en hacerse eco de un boicot en toda regla para que no se comprara cava catalán. Ni sé si es cierta la implicación de Codorníu en la consulta, ni soy partidario de boicots empresariales por temas políticos, pero lo que está claro es que a Codorníu le preocupó lo sucedido y, entre otras cosas, realizó una comunicación a sus empleados diciendo que nada tenían que ver con el buzoneo del 9-N y solicitaron que se trasladara el mensaje a todos sus clientes para evitar precisamente eso, un boicot a sus productos en el resto de España.

Creo que fue el pasado viernes cuando un representante del Banco Sabadell dijo que priorizaría tener su sede dentro de la Unión Europea en caso de independencia catalana. Es decir, que se posicionaba en contra del independentismo, o así se interpretaron sus palabras.

No sé si están a favor del independentismo o no, ¿cómo voy a saberlo? Lo que sí sé, y entiendo, es que como empresa de cierto nivel que es, es normal que le preocupe este asunto porque puede afectarle mucho económicamente; y mezclar empresas y política nunca ha sido una buena idea.

Como anécdota relacionada con Banco Sabadell quiero contar lo siguiente:

Hasta hace unas semanas, para comunicarme con el Banco Sabadell en Madrid, tenía un par de teléfonos de contacto. Cuando llamamos desde mi despacho hace apenas quince días para una consulta, nos respondieron en catalán. Ante nuestra sorpresa, preguntamos si es que nos habíamos confundido de teléfono, y su respuesta fue que no, que habían CENTRALIZADO LA ATENCIÓN TELEFÓNICA EN BARCELONA. Eso es una decisión empresarial y a priori no me parece ni bien ni mal; cada cual es libre de tomar esas decisiones en su casa. Ahora bien, si yo tengo una empresa que tiene clientes en todo el territorio nacional y decido, por costes o por simpatías, centralizar la atención en Cataluña, ni harto de vino voy a permitir que mis empleados respondan al teléfono en catalán. ¿Eso no lo han pensado? ¿No es absurdo contestar en catalán cuando el cliente puede ser de Madrid o de Bilbao? Esas son las cosas que nunca entenderé.

Claro que tampoco entiendo que en la Hacienda Foral del País Vasco, por muy independiente que sea, se conteste en vasco al teléfono (cosa que también me ocurre), porque cuando llamamos desde fuera, del vasco no se entienden ni los buenos días (si es que han tenido la amabilidad de contestar así). Uno se encuentra con una parrafada en vasco que suena a extraterrestre, y lo digo con todos mis respetos hacia el idioma.

En cualquier caso, yo sí sé muy bien lo que haría en caso de independencia si tuviera la empresa allí, pero como no aporto nada diciéndolo, me lo voy a callar.

Ramón Cerdá