Cuando Deutsche Bank señaló la semana pasada que la crisis financiera podría enviar a muchos bancos europeos a la quiebra, no se refería a los pequeños bancos de la periferia, sino a los grandes bancos del núcleo. Esto ha quedado demostrado en las últimas jornadas con la demolición controlada de las acciones de los principales bancos europeos, especialmente los bancos franceses.
Lea el artículo en El Blog SalmónUna mirada no convencional al neoliberalismo y la globalización