Banderas a media asta en Dos Hermanas por el triple parricidio

A veces nos sorprendemos nosotros mismos de la crueldad humana y nos preguntamos por qué nadie hace nada para paliar el crimen. En este caso el parricida es esquizofrénico y se podría haber evitado la terrible masacre ocurrida el 1 de marzo de 2013.

¿Qué clase de mundo es éste que puede mandar máquinas a marte y no hace nada para detener el asesinato de un ser humano?
(José Saramago)

Antes de proseguir con la noticia, quisiéramos dejar claro en qué consiste la esquizofrenia y dejar claro que llevando su medicación y existiendo centros para personas con esta enfermedad, se podría haber evitado éste y otros muchos crímenes cometidos por personas con esta patología.

Luis Miguel Briz, es un joven de 34 años de edad que vivía con sus padres Donato Briz, de 67 años, y Ángela Torrico, de 66 y su hermana Inmaculada Briz, de 37 años en una vivienda unifamiliar en la localidad de Dos Hermanas (Sevilla).aunque parece ser que eran de Ávila llevaban 30 años en ésta localidad, también eran de clase media-alta; Inmaculada Briz, era abogada, sus padres estaban jubilados y él tiene una inteligencia superior a la máxima, con lo cual tiene 3 carreras y estaba haciendo el posgrado de una de ellas.Cuando lo veían por la calle a todos les parecía una persona correcta pero todos en el barrio sabían su problema, y a veces se comentaba que maltrataba a sus padres.

Sus padres habían denunciado varias veces su desaparición.

El día del crimen todos estaban vestidos, así que no les agredió durmiendo.

Primero degolló su hermana, después a su madre y acto seguido, en pleno brote sicótico le asesto 20 puñaladas al padre, cuyo cadáver mostraba heridas de autodefensa. Después puso los cadáveres apilados sobre una manta lo limpió todo y se fue a dormir. En la tarde del 2 de Marzo se entrega tras matar a sus padres y a su hermana en Sevilla.

Días atrás había comprado 3 coronas de flores.

Ante el juez dijo que había actuado en defensa propia puesto que sus padres planeaban matarlo y que lloró ante los cadáveres.
Decreto del juez