Bandos

Por Myriam Cabanillas
¿Os habéis dado cuenta de que nos gusta diferenciarnos, distinguirnos unos de otros y por supuesto señalar al contrario?:

Los de izquierdas y los de derechas,

Los taurinos y los antitaurinos,
Los del Barca y los del Madrid,
Los de Villarriba y los de Villabajo,
Los altos y los bajos,
Tu si, yo no, 
Yo no, pero tu si....

Desde que me convertí en madre, además caí en la cuenta de que entre el gremio maternal también se hacen:

Las que vacunan y las que no

Las que trabajan y las que no
Las que dan bibe y las que no
Las que colechan y las que no...
Las que ponen chupete y las que no,
Las pro algo, las anti algo....
¡Que jaleo!
Y no nos damos cuenta de que esto no va, o no debería ir, de bandos amigas.

Que las madres somos mujeres y personas además de madres.

Que esto va de decisiones erróneas o acertadas, que a su vez están basadas en:

Preferencias, en historias personales no contadas, a veces ni tan siquiera reconocidas.

Esto va de mochilas emocionales, de ideas preconcebidas, de ilusiones y desilusiones, de aprendizajes vivenciales, de niñ@s interiores que se convierten un día en madres.

No me gustan los bandos, no me gusta señalarme, me gusta ser única y  al mismo tiempo plural.

Soy un oximoron con piernas y me gustaría pensar, que no soy la única.

Que meto la pata como lo haces tu y tu que me ves hacerlo no vas a tirar a dar.

Por eso intento ser comprensiva con las otras mujeres/madres que no hacen las cosas y/o no piensan como yo, por que yo no soy mejor que ellas.

Aunque no podré justificar ni entender nunca ciertas cosas que prefiero ni siquiera mencionar.

A veces mi lado egocéntrico toma el mando y me descubro juzgando a la madre que tengo delante....me queda camino aun por recorrer

Cada día constato en mis propias carnes, que necesitamos tribu o al menos yo la necesito a diario y una buena tribu no puede ser buena si solo pertenece a un bando.

Por que la maternidad no es una secta, es un etapa eterna y vital desde que empieza.

Por que es un aprendizaje continuo y un sentimiento.


No creemos bandos, si no comunidad, dejemos la intransigencia de lado y enseñaremos a nuestros hijos a no ser intransigentes y con un poco de suerte, por el camino, dejaremos de serlo con nosotras mismas también.

Feliz y descansado fin de semana.