Javier fotografiando la Bandurria mora en el tajamar cercano al casco de la Estancia Rincón del Socorro.
Tres años pasaron desde la última vez que pude fotografiar a la Bandurria mora, tuvimos que regresar a los Esteros del Iberá para poder volver a disfrutar de varios encuentros con este imponente animal. Comenzar la jornada o vivir el atardecer entre sus característicos gritos es una inolvidable experiencia, compartir estos momentos que quedan en la retina, guardados de forma especial porque fueron compartidos con amigos, porque significan el encuentro con esa especie que tanto anhelábamos encontrar, porque la sensación de satisfacción supera al cansancio de la búsqueda, son las pequeñas cosas que nos gratifican y nos fortalecen como grupo.
Javier fotografiando la Bandurria mora en el tajamar cercano al casco de la Estancia Rincón del Socorro.
Javier fotografiando la Bandurria mora en el tajamar cercano al casco de la Estancia Rincón del Socorro.