Lo decíamos hace un mes: no hace falta crear un banco malo, hace años que lo tenemos y se llama Bankia. Pues bien lo que era un secreto a voces es ya oficial y de dominio público.
Bankia admite que no tiene suficiente con los 4.465 millones que ya había inyectado el gobierno, sino que necesita 19.000 millones de euros adicionales para no quebrar. En total 23.465 millones que van a salir de nuestro bolsillo.
La primera consecuencia es que las acciones de Bankia valen aproximadamente cero mil cero cientos euros. La capitalización bursátil antes de que la suspendieran era de unos 3.000 millones, después de bajar un 50% en un mes. Por lo que si necesitan 19.000 millones quiere decir que las acciones no valen nada.
Al tratarse de un banco público pueden pasar dos cosas:
1) Que el gobierno tenga piedad de los accionistas (en la mayor parte gente engañada o procedente de otro engaño llamado participaciones preferentes). Por lo tanto el Gobierno no valorará el banco a cero y les dejará un valor simbólico. Es decir, que todos los españoles pagaremos la diferencia, ya no va de ahí.
2) Que pase como las cuotas participativas de la CAM, que pasen a valer cero y los inversores pierdan TODO su dinero.
Esto es una gran putada para aquel anciano que CONFIÓ en su director de oficina y contrató un producto llamado Participaciones preferentes pensando que era un depósito a plazo. Al cabo de un tiempo se entera de la estafa pero se medio tranquiliza cuando le dicen que se lo van a pagar en acciones. Y no le da tiempo a hacer número cuando se entera de que el banco ha quebrado y como él es accionista su supuesto depósito se ha convertido en acciones que a su vez se ha convertido en polvo.
Sólo hay un país en el que pasen cosas como ésta y nadie vaya a la cárcel. Los afectados por las participaciones preferentes han pasado de quejarse porque tienen su dinero congelado a lamentarse porque su dinero ya no existe.
Hace cuatro días Bankia salió a Bolsa vendiendo las acciones a 3,75 euros tras rebajarlo en varias ocasiones. Logró robar 3.090 millones engañando a miles de incautos inversores.
Los resultados publicados no eran más que una sarta de mentiras. Presumían de más de 300 millones de euros de beneficios y de un patrimonio de más de 16.000 millones.
Ahora resulta que en vez de ganar 300 millones han perdido 3.000! y resulta que tienen un agujero de 23.000 millones.
No son diferencias de un decimal sino un delito de falsedad con el agravante de afectar a miles de inversores.
Hay muchas responsabilidades a exigir ya que hay muchos y muy perjudicados.