Baño e Higiene personal y síntomas conductuales: Respuestas del experto (Know Alzheimer)

Por Seo Bloguero

Reconozco que esta dichosa enfermedad afecta de una manera muy fuerte a la convivencia con este tipo de enfermos. A los cuidadores se nos pueden presentar grandes dudas sobre nuestra actuación. Mi pregunta es: ¿Cómo he de actuar ante la negativa a ducharse? Se opone de una forma muy fuerte y me tengo que imponer un poco a la fuerza. Asimismo, cuesta un gran esfuerzo, por la mañana, poner en marcha todos los temas matutinos: lavado, vestido, etc. Sucede algo parecido como con la ducha. Su actitud en casa se modifica totalmente con respecto a cuando se encuentra con alguien (en este caso todo es simpatía y sonrisas). En casa se torna una persona callada y seria y con frecuentes momentos de llanto suave. ¿Cómo debo actuar?

Respondo a su consulta por partes:

Baño e higiene personal

Introducirse en el baño de una persona con demencia es entrar en un espacio de intimidad, por lo que se requiere de mucha cautela. Compartir con otra persona este espacio requiere de un proceso de aceptación, especialmente cuando se trata de hijas, hijos, nueras o yernos. El problema es menor en el caso de cónyuges. Las personas con demencias tienen dificultades en comprender por qué deben ser asistidos en el baño o en su aseo corporal y pudieran sentir su intimidad transgredida. Es importante respetar sus sentimientos y darle tiempo para que acepte la asistencia durante el baño. Para lograr esta aceptación es importante ser respetuoso, paciente y a la vez creativo.

En etapas más avanzadas de la enfermedad la persona con demencia no podrá bañarse solo y será necesario preguntarle cómo quiere que le ayude e ir motivándolo en la actividad, ya que es fundamental que colabore sin resistencia. Indague sobre sus gustos o rutinas previas para tratar de mantenerlas ya que favorecen la colaboración. Para esto es importante saber con qué frecuencia se bañaba, el horario en que lo hacía, tipo de jabón, temperatura del agua, etc. El horario de baño no tiene por qué coincidir con el horario normal de una persona sin demencia. Por ejemplo, un paciente puede resistirse a que lo ayuden a bañarse al anochecer, momento en que puede haber agitación, pero aceptar muy bien su ayuda a mediodía. Se debe buscar el horario que cause menos problemas.

Algunas sugerencias prácticas a considerar son:

  • Marcar una hora fija y hacerlo siempre de la misma forma
  • Vigilar que el agua y el ambiente del baño tengan una temperatura adecuada
  • Adaptar la ayuda a las capacidades que todavía posee
  • No dejarle solo en el baño
  • Mantener la máxima privacidad
  • Preparar el material antes de empezar y simplificarlo. Si se va a bañar solo, déjele sólo lo que va a necesitar. No le exponga a tomar decisiones
  • Tomarse tiempo y no precipitarse
  • Hablarle a lo largo del aseo, indicándole paso a paso lo que tiene que ir haciendo
  • Cuando no sepa bañarse solo, le ayudaremos siguiendo siempre la misma secuencia
  • Darle toda la seguridad necesaria: agarraderas, suelo deslizante, etc.
  • En algunos casos, la persona con demencia prefiere ser asistido por un profesional.
  • Si el baño resulta muy difícil de realizar, a veces las personas con demencia acceden si es sugerido por el médico tratante.

Cambio de conducta social y familiar

Mantener conductas sociales en ocasiones para una persona demencia es relativamente fácil, son frases conocidas, que se han repetido mucho a lo largo de la vida y las pueden seguir utilizando si se encuentran en esas situaciones, incluso pueden ser amables con desconocidos. No obstante, cuando están en un entorno de confianza y de mayor seguridad actúan de forma más natural y no tienen que hacer ningún esfuerzo por demostrar estar bien o ser socialmente aceptados. Lo importante es que no se considere como que esto es algo personal que hacen intencionadamente sino más bien una muestra más de la necesidad que tienen de mantenerse socialmente ajustados. Recuerde que, aparte de la comunicación verbal o con palabras, hay otra forma de comunicación que se realiza sin palabras y es la comunicación no verbal, que es muy importante. Cuando falla la primera hay que volver a manejar esta última a través de mimos, caricias, cogerle la mano, mirarle a los ojos, tocarle el pelo, cantarle, etc. Recuerde que su familiar adopta una posición infantil y necesita que usted sea para él su protección, su seguridad y base de confianza. Lo importante es no forzar ni exigir, sobre una base de respeto y cuidado seguro que usted sabrá como comunicarse con su familiar.

Desasosiego y llanto

Sea comprensivo, permítale que exprese a su modo todo su mundo interior que aún permanece. Transmítale cariño, hágale sentir que usted está a su lado y que le va a proteger. Cree un ambiente confortable y afectuoso en su hogar, evitando todo lo que pueda generar estrés, como situaciones tensas y discusiones. Evite razonar con él, muchas veces no hay una razón lógica que explique el trastorno, el desasosiego se produce por la falta de orientación en el tiempo y en el espacio. Es conveniente que su familiar tenga una vida ordenada y rutinaria, evitando la estimulación excesiva, los ruidos y cambios. Debe realizar actividades físicas moderadas como paseos diarios que le permitan estar en forma y liberar energía y ansiedad.

Algunas sugerencias de manejo son:

  • Cójale de la mano, acaríciele y háblele cariñosamente, transmítale tranquilidad.
  • Dígale que todo está resuelto y que no tiene que preocuparse.
  • Desvíele su atención hacia una actividad placentera.
  • Aleje los objetos que le puedan producir temor a agitación.
  • Actúe con calma, sea afectuoso y protector.

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