Fueron realizados bajo el califato de Alhakén II para el disfrute del califa y su corte, forman un conjunto de estancias con muros de sillería.
Replican el orden heredado por las termas romanas de salas frías, templadas y calientes, en diferentes estancias cerradas con bóvedas soportadas por arcos ultra semicirculares sobre capiteles y columnas de mármol.
Durante los siglos XI y XIII fueron reutilizados por almorávides y almohades.