Las cosas ricas saben mejor en otoño e invierno, cuando uno no está permanentemente sudado y se agradece estar pegado a la puerta del horno encendido. Oh sí, sé que vosotros también lo hacéis, eso de mirar por el cristal a ver cuánto sube lo que está dentro, y el color que coge, y si ya estará hecho o mejor lo dejo un poco más...
Nada mejor además que aprovechar la época pre-navideña y los pasillos del súper llenos de envoltorios dorados con brilli brilli para comprar ingredientes que no se suelen ver en otra época del año: frutas secas y escarchadas. Tambien hay polvorones, mazapanes y demás cosiquinas, pero que a los navideños de pro como yo nos están vedadas hasta el día 24. Porque antes, no saben igual.
Así que juntemos el frío, las tardes de fin de semana, las frutas y un poco de jengibre para hacer un postre con sabor a adviento. Además, nos hará parecer cosmopolitas y entendidos en gastronomías exóticas y extranjeras.
- "¡Oh, un plumquéic!" - "Nada de plum cake, es un bara brith, un postre típico galés." - "¡Oh, qué fastuosidad! Aunque parece un plumquéic... "
Que no os quiten la ilusión, y presumid del rancio abolengo británico de este pan-bizcocho.
El bara brith es un pan dulce de Gales, cuyo nombre significa literalmente "pan moteado". Se hacía tradicionalmente para aprovechar el calor residual de los hornos, con masa de pan sobrante (con levadura o masa madre) a la que se le añadían frutos secos y azúcar .
En cada casa y cada pueblo se hace de distinta manera, y existe una agria disputa entre los que lo consideran un pan y los que creen que es un bizcocho para el té. Lo mismo da que es lo mismo. Está buenísimo de todos modos, se puede comer en rebanadas untadas de mantequilla, o levantando el dedo meñique al tomar el té de las 5, como prefiráis. Eso sí, haceos a la idea de que la miga es como la de un pan, puesto que no lleva nada de mantequilla ni aceite.
Ésta es la versión con impulsor (Royal de toda la vida) en vez de con levadura fresca. Al final de la entrada tenéis unos enlaces para ver recetas más panarras, incluso con masa madre.
Bara brith Dificultad, así de primeras:mezclar bien. O sea, rien de rien Sabor: a adviento y nieve Receta de inspiración:welsh bara brith tea cake, de Honest Cooking INGREDIENTES (para un molde largo de unos 28 cm)
400 g de fruta seca y/o escarchada
(pasas sultanas, arándanos, cerezas, ciruelas, naranja confitada y orejones)
400 ml de té fuerte (hecho con 2 o 3 bolsitas)
200 g de harina blanca
200 g de harina integral
10 g (2 cucharaditas) de impulsor
1 huevo
90 g de azúcar moreno
1 cucharadita de especias molidas (jengibre, canela, nuez moscada y clavo)
2 cucharadas colmadas de mermelada (naranja, albaricoque ...)
1 pizca de sal
Para la cubierta de azúcar (opcional):
50 g de azúcar blanco
unas gotas de agua
El té que he usado yo es Earl Grey, pero podéis utilizar cualquiera que os guste y probar combinaciones con distintas frutas, obviando las especias para poder notar más el sabor del té.
La fruta: usad la que más rabia os dé o tengáis más a mano, incluso sólo con pasas (¡sin pepitas!) estaría bueno. También se pueden incluir nueces o avellanas.
PREPARACIÓN:
El día anterior deberemos prepara el té y dejarlo infusionar 5 minutos, para que esté fuerte y concentrado. En él meteremos toda la fruta y tapándolo bien, dejaremos macerar la mezcla toda la noche o un día entero.
Cuando llegue el momento de mancharse las manos, precalentamos el horno a 180 grados y engrasamos y enharinamos un molde alargado. Echamos las harinas en un recipiente grande y agregamos la sal, el azúcar moreno, el impulsor y las especias, batiendo después para eliminar grumos.
A los ingredientes secos añadimos un huevo batido junto con el líquido resultante de colar la fruta y la mermelada. Dependiendo de la harina que hayamos elegido y de la capacidad de absorción que tenga, si vemos que queda muy espeso y es difícil de mezclar, añadimos un chorrito de leche.
Al final se echan las frutas y se mezcla todo con un cucharón para incorporarlas bien al resto de la masa, que se reparte en el molde.
Se puede dejar así simplemente, o bañarlo con un poco de miel para que tenga brillo, o elegir una costra crujiente de azúcar caramelizada.
Para no variar, yo elegí la última opción y mojé con muy poca agua varias cucharadas de azúcar, humedecí bien mezclándolo con una cuchara y lo repartí a modo de miguitas sobre la parte superior. Si sois más profesionales podéis usar azúcar perlado o en cristales.
Directamente al horno con él, a 180 grados durante unos 60 minutos. Cuando lleve tres cuartos de hora podéis abrir la puerta del horno y ver si está tostado por arriba, en ese caso, es mejor taparlo con papel albal para que no se queme.
En todo caso, dejadlo hasta que un palillo (esto del palillo es una chorrada ampliamente aceptada, es mejor con una palo de brocheta que es más largo y pincha más dentro) salga limpio pero no seco del todo.
Cuando esté listo, lo sacamos, dejamos reposar unos 5 minutos dentro del molde y luego lo sacamos para enfriar sobre una rejilla.
¡Chimpún!
Como hemos sido tan buenos y no hemos usado nada de grasa para hacer el bara brith, nos podemos permitir desayunarlo con un poco de mantequilla untada por encima ...
La mantequilla NUNCA está de más.
Para saber más:
- Regional food: bara brith, Countryfile magazine
- Versión con levadura fresca y manteca, Baking for Britain
- Versión con masa madre, Madrid tiene miga
PD para los más anglófilos: os aviso de que la próxima semana empieza a emitirse Downton Abbey en España. Con suerte, tendremos aquí una receta de Mrs. Patmore para cebaros mientras veis el capítulo.