¡Si, si...! Bo no estaba por la labor, de comportarse como un perro presidencial, y decidió que era él, el que paseaba al Presidente, dado que lo llevaba a paso ligero, y Obama tuvo que reconocer, que llego a apretar los dientes de la vergüenza que sintió de verse dominado y a la carrera por culpa de la energía del can, que imponía su santa voluntad, delante de todos los asistentes , llegando a decir resignadamente:" Yo solo soy el encargado, el jefe es él"
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