El anime se basa en el manga homónimo de Satsuki Yoshino y lleva más de 10 tomos. También hay un spin-off que corre a cargo de la misma autora. Se titula Handa-kun y sirve de precuela, contando la etapa adolescente del protagonista.
Argumento
El joven ha vivido siempre en la ciudad, así que el choque cultural y del estilo de vida con la gente de la isla, los cuales van con tractores por la calle y entran a su casa sin pedir permiso, es enorme. De hecho, antes de mudarse, la casa en la que vivirá era usada como cuartel general de los jóvenes del pueblo y, aunque él esté ya allí, no parecen querer perder ese sitio. Entre toda la gente del pueblo, es la pequeña Naru, de siete años, la que más influirá en su vida en el tiempo que esté ahí.
Reseña
Tened en cuenta que escribo esta reseña en base a lo que recuerdo, aunque me he refrescado la memoria gracias a los comentarios que le dejé a Magrat en sus entradas semanales y en la reseña final de la serie.Lo cierto es que empecé a verla sin saber qué me iba a encontrar, ni siquiera sabía que se tocaba el tema de la caligrafía y ésta tiene una gran importancia en la serie ya que, estando allí, Handa se atreve a empezar a probar otros estilos de caligrafía, gracias a la influencia de la gente del pueblo. Era un arte del que conocía más bien poco y, la verdad, ha sido interesante aprender algunas nociones básicas.Y es que, a decir verdad, Naru es la que se come la serie. En algunos capítulos que no sale se la echa mucho de menos. Es la que da la salsa a la historia y crea un vínculo muy simpático y entrañable con Handa, que a veces parece más crío que la pequeña. Forman una extraña pero perfecta pareja protagonista en la que ella le aporta muchísimo más de lo que nadie se podía imaginar.
La serie es un slice of life muy simpático, divertido, entrañable y que sabe que no debe caer en dramas lacrimógenos. Tiene sus momentos algo más serios y recuerdo que la puesta en valor de la idílica vida en el pueblo pequeño llega a ser un tanto utópica. Destila ternura y cariño en cada capítulo, pero quizás le faltó un poco más de profundidad, tal vez porque no dio tiempo en sus 12 episodios, así que habrá que tirar del manga para saber cómo sigue la historia y hasta dónde puede llegar.
En definitiva, una delicia de serie que acabará ganando a quien la vea poco a poco gracias al magnífico elenco, la estupenda animación, la más que buena elección de voces (la seiyuu de Naru ES una niña) y, simplemente, su simpatía. Personalmente disfruté cada uno de los minutos que duró.