Primera declaración de principios: detesto la expresión cine de bajo presupuesto o low cost porque el concepto engloba solamente una parte del todo. El cine es una sabia y mágica combinación de industria de ocio (con un presupuesto mayor, menor o inexistente) y cultura de masas (popular, simbólica, mental, elitista…) en un perfecto y continuo desequilibrio.Aplicar esta definición es olvidar, como mínimo, la mitad de todo un proyecto: prefiero un presupuesto de producción ínfimo y una concepción artística repleta de ideas, que el caso contrario. Por desgracia lo mayoritario que llega a las salas es esto último, un enorme presupuesto (en el que un tercio, como mínimo, se dedica, a promoción y publicidad, y una huérfana idea, por ejemplo, el superhéroe de turno sufre dolores musculares… apasionante… se necesita mucha pasta para conseguir que millones de personas vayan a verlo). Por eso desde aquí y ya, con cinco añitos de pasado, y esperemos muchos más de futuro (eso dependerá en exclusiva de vosotros) preferimos llamarlo la CIA española (Cinematografía Independiente Actual) pero nos gusta también el otro cine, cine de los márgenes, o cualquier otra denominación que engloba las dificultades, las luchas, las ilusiones, las frustraciones, los sudores, las alegrías y el enorme trabajo y riesgo que implica realizar una película en un país, que siempre ha considerado la cultura, como mínimo, sospechosa. Dedicamos una serie de artículos sobre este tema en verano.Segunda declaración de principios: me encanta el documental de Daniel San Román y Hugo Serra. En una hora media han sabido condensar la riqueza de un momento del cine español que, el tiempo y los historiadores lo confirmarán, renueva la tradición vanguardista que casi había desaparecido desde la transición. Una cinematografía de una calidad, riesgo, variedad y excitación que roza el paroxismo.Tercera declaración de principios: mantengo una relación sensual con el cine español más radical de los últimos años, que me produce inmensas satisfacciones y extremos placeres. Las relaciones dependen siempre de las dos partes. Si te equivocas en tu elección, no le eches la culpa a la otra parte. Como siempre, hay que saber elegir lo mejor. Hay un momento en que se pregunta a los espectadores la última película española que han visto. Los esfuerzos mentales y deformaciones faciales para recordarla se aproximan a la de nuestros representantes de los últimos gobiernos en las sesiones del congreso. Como no es lo mismo ver los trabajos de Spike Jonze, Jeff Nichols o Todd Haynes que la última superproducción catástrofe-zombie-vampirica-adolescente. En España pasa lo mismo, el abanico es amplio y los gustos muy variados: Sergio Candel, Carlos Padial, David Marqués, Love Jordina, Gemma Ferraté, Daniel Castro, Tina Olivares… entre muchos otros.Cuarta declaración de principios: BARATOmetrajes es la biblia audiovisual de todo lo que hay que saber sobre concepción, producción, distribución y exhibición del cine de autor español de hoy. Un documento imprescindible que hay que ver, estrenado de forma simultánea en salas de cine (en exclusiva en Cineteca Madrid), Internet (Filmin, Atlántida Film Festival), DVD (venta solo en la web) o secuestrando a sus autores y exigiéndoles una copia.Quinta y última declaración de principios: así como al final del documental se facilitan unas direcciones, en cine invisible tenemos una guía de recursos para disfrutar de este cine excepcional. Y ahora una página de auto-publicidad, este blog disfruta de unas 60.000 visitas al mes (de hecho, mil gracias a todos vosotros). Nadie se lo explica todavía y menos aún el que firma (único y exclusivo responsable, no remunerado, de centenares de recomendaciones y una sola certeza: somos lo que vemos).