Precisamente de este refrán, "Cuando las barbas de tu vecino veas pelar, pon las tuyas a remojar", me acordaba al leer que Irlanda cede al rescate propuesto e impuesto por la Unión Europea y por el Fondo Monetario Internacional.
Dicen que todos los indicios apuntan a que la situación de España es bien distinta y no se halla en la cola de países para ser rescatados. Seguro que incluso tienen razón. Pero miren ustedes, hasta hace bien poco Irlanda pasaba por ser el milagro de crecimiento económico. Un ejemplo a seguir. Un ejemplo de solidez y de innovación. Eso es lo que se vendía del país vecino.
La crisis ha demostrado que se hallaba sumido en una burbuja inmobiliaria que a nosotros también nos suena. Que su industria innovadora no era tal. Sólo resultado de la instalación en territorio irlandés de muchas corporaciones empresariales de I+D+I, por los beneficios fiscales y muy especialmente por una política fiscal relajante y consentidora.
Eso ahora lo sabemos.
Que el gobierno irlandés se haya resistido a aceptar el rescate, lo entendemos perfectamente, porque es una triste claudicación de su soberanía, por la que el país vecino ha luchado tanto. A partir de ahora los ministros de economía de la Unión Europea y el FMI deberán aprobar su programa. Ya han exigido al gobierno irlandés que esté deberá contener medidas reductoras del sector bancario, deberán subir los impuestos y deberán ajustar los gastos. Políticas duras neoliberales y conservadoras que reducen aún más el bienestar de la ciudadanía.
100.000 millones de euros es la ayuda que aprueba la Union Europea para Irlanda.
¡Cómo no vamos a recordar el refrén de las barbas del vecino!
Ya el FMI ha advertido a España que se necesita un ajuste adicional que al menos afectará a la sanidad y a las pensiones.
Es seguro que lo que dicen los analistas sea cierto y nosotros no estemos en esa crítica situación en la que se halla Irlanda, pero si sabemos que el miedo al contagio es muy fuerte y que las nuevas medidas de ajuste serán durísimas y supondrán un nuevo ataque al estado de bienestar de los ciudadanos.
Yo se que nosotros los ciudadanos poco podemos hacer para evitar las nuevas medidas de ajuste, según ellos imprescindibles, que nos van a a imponer para salvarnos de la crisis a la que las políticas neoliberales nos han conducido. Al menos, no nos resignemos y sigamos protestando.