En Barcelona hoy se está celebrando la reunión del BCE. No voy a hablar de economía, aunque estoy seguro de que esta gentuza, incapaz de entender otro lenguaje salvo el de los recortes, no va a decidir nada bueno para los países europeos débiles. Nos volverán a clavar el cuchillo para hacer las heridas más profundas.
Por eso, no es entendible que una reunión de Los Mercados, que tanto daño nos ha hecho, se celebre en nuestro país, salvo que seamos masoquistas, y empiezo a temerme que lo somos. Y mucho menos, vale la pena unas incomodidades, unos recortes de derechos ciudadanos y unos gastos inútiles para proteger a nuestros verdugos.
Porque estamos hablando de que la broma de esta reunión nos está costando un pastón. No sé exactamente la cantidad, pero han instalado un importante incremento de cámaras de vigilancia, además de asignar una protección para hoy de 8000 policías y guardias civiles, traídos de Valencia, Sevilla y otros lugares.
Desde el día 28, se ha suspendido el acuerdo Schengen, por lo que también los ciudadanos europeos son controlados en las fronteras pirenaicas y en los aeropuertos de Barcelona y Girona. Para lo que, además de las infinitas molestias a todos los que crucen esas fronteras, con colas innecesarias y molestias y cacheos, se han empleado 1300 guardias civiles, no previstos. Total horas extras a miles. Todo esto para que en cinco días hayan detenido a 17 personas y negado el acceso a 43.
Además se están controlando los accesos y el centro de la ciudad, por lo que los mossos d’esquadra se han multiplicado también. Son 8000 agentes los que cuidarán de que no haya ningún movimiento contra estos malhechores.
Esta acción es un recochineo, es como si metes un zorro en una madriguera. No tienen que entrar, aquí no deben ser bienvenidos estos mercachifles insensibles que nos están hundiendo en la miseria. Que al menos no nos molesten y nos dejen morir en paz.
Nos están machacando, empobreciendo. Nos están dando y encima les regalamos la vaselina. No a reuniones de enemigos de la ciudadanía. No a pagar protección a quien no debiera estar aquí. Al enemigo ni agua, pero claro, nuestro gobierno súbdito de Los Mercados, no sólo les invitan y les acogen como si vinieran a salvarnos sino que además les obedecen como borregos.
Han instalado el estado de excepción en Barcelona. Han suspendido derechos constitucionales como el de reunión. Y no es que pretenda que haya algaradas y acciones violentas contra estos Mercados, lo que sí me molesta es que vengan. Por una cuestión de principios, por una cuestión de molestias, porque no quiero que me invada el enemigo y por una razón que deberían entenderla hasta nuestros gobernantes, por una cuestión de costes, porque además es caro.
Lo dicho tenemos gobernantes son, además de si-señores del gran poder, masoquistas puros, o quizás no, probablemente ha empezado la operación Gran Hermano.
Salud y República