La casa la mandó construir Felipe Bertran Amat el 1861 al arquitecto Elies Rogent Amat, uno de los más distinguidos arquitectos del XIX, autor del barri de Palau (el barrio cercano a la iglesia templaria de la que hablaste y que precisamente él restauró), la Universitat y la dirección de la Expo del 1888.La torre es de estilo neoclásico y tiene o tenía (no he conseguido entrar nunca ni tengo foto) un pabellón de caza neoárabe.Los jardines actuales son obra del también magnífico arquitecto Nicolau Maria Rubió i Tudurí, del 1962.
El conjunto en su momento era conocido como "El Bosc Bertran"
http://elpais.com/diario/1993/03/24/economia/732927623_850215.html
http://hemeroteca.abc.es/nav/Navigate.exe/hemeroteca/madrid/abc/1958/10/23/052.html
http://www.catigat.org/col.laboracionistes.htm Enlaces y datos del Sr. Valentí Pons Toujouse, del magnífico blog :
http://vptmod.blogspot.com.es/2013/07/girona-casa-norat.html
Muchas Gracias Sr. Valentí Pons Toujouse.
LA VANGUARDIA ESPAÑOLA DOMINGO 28 DE MARZO DE 1965.
Las bellas reproducciones escultóricas del jardín del Palacio Bertrán se reflejan en las asnas dormidas de los estanques la ciudad paso a paso y lentamente, y ante la indiferencia de muchos, nos hemos quedado sin uno de los barrios más seductores, recoletos y románticos de Barcelona:el Putxet, que ya conocieron los romanos con el nombre de Puig d'Aguarn. Pero el barrio no lo alzó la legión del César, sino un puñado de buenos barceloneses, ahora hace poco más de un siglo; gente honorable, de todas prendas, dedicadas al comercio, a las grandes y prósperas empresas industriales, y, ¿por qué no?, a la politiquería municipal. La Barcelona la de hoy ha devorado siempre el constante ya aludido mito de Saturno a uno de sus mejores y pacientes hijos; ese Putxet, de los hotelitos neoclásicos, de las "follies"francesas o de las "viñas" italianas, de las "torres" isabelinas, en las cuales florecían los primeros almendros y llameaba tras sus verjas el oro vivo y perfumado de las mimosas. Las inmobiliarias, toda suerte de empresas constructoras, las modernas edificaciones no siempre elogiables,con cierto afán de lucro, y un poco de indiferentismo municipal, han dado al traste al más encantador y codiciable barrio ciudadano, del que, con cierta dosis de buena voluntad, aún podría salvarse mucho, convirtiendo, por ejemplo, la cumbre, que siempre ha estado en buenas manos, en un parque semejante al de Monterols, para soñar y pasear en él. El barrio del Putxet cabalga entre Gracia y San Gervasio. Sus calles, las más características: Manacor, Monegal, Putxet, Musitu, Fidel Fita, Castañer, Bertrán, Roca y Batlle, Cádiz, etc, discurren y serpentean en torno a la pequeña colina 200 metros que da el nombre a ese oasis perdido, ya que el Putxet es simplemente el cariñoso diminutivo de "puig", de «turó», cerro, pico, otero, que para todo tiene el castellano su nombre y su palabra. En la cumbre venteada, con una vegetación pobre e infeliz, subsiste, solo y desmantelado, el pabellón de caza que alzó allí Fernando Puig, creador de grandes industrias. Hombre incansable y el primero en muchas cosas. Un día cuentan de él se vino del extranjero con unas semillas aquí desconocidas; eran semillas de eucalipto procedentes de Australia e hizo una gran plantación de ellas en su finca del Putxet. AL UN OASIS PERDIDO crecer, su perfume antifebrífugo, llamó poderosamente la atención de los vecinos del barrio, y debido a que el árbol era totalmente desconocido en Cataluña, acudieron a la autoridad, presentándolo como portador de fiebre, cuando en realidad era todo lo contrario. El jardín de Fernando Fabra lo atendía Oliva, que más tarde creó el Parque de la Ciudadela. Pero el Putxet fue obra de un grupo, bastante numeroso, de patricios barceloneses del pasado siglo; los mismos que hicieron posible el Liceo; que crearon las primeras fábricas a vapor y construyeron las primeras casas del Ensanche, y convirtieron Barcelona en una ciudad poderosa y respetada. Casi, pues, como homenaje a aquellos hombres y a aquella generación, se habría tenido que salvaguardar el silencioso oasis del Putxet. El gladiador herido parece descansar en medio de un apacible escenario de la más cautivadora belleza aire las cansinas palmeras. Todavía se ven mofletudos angelotes de barro cocido; jarrones con frutas y balaustradas, tras las cuales, la damas de antaño vislumbraban la ciudad lejana o quedaban prendídas por la música de algún piano el que una mano invisible tocaba alguna transcripción de aria y marchas operísticas, y sólo cuan do el instrumento enmudecía, escuchaba el paso de algún transeúnte sin prisa o los cascabeles del caballo uncido a las varas de la tartana del médico. En verano se animaba el Putxet. Acogía a los señores de la ciudad que se refugiaban en hotelitos y buscaban la sombra amable de las acacias, de los tilos y las magnolias. Hoy únicamente, al anochecer, el barrio recobra la paz, y en el jardín, entre el ramaje, aún se ven las estrellas, la ciudad en cambio, queda oculta por edificaciones frías que han ahuyentado a los angelotes mofletudos sin ropa. Todavía residen aquí personas que por nada del mundo abandonarían este rincón. Abundan los coleccionistas, los pintores, los músicos, la gente que escribe más para ellos que para los demás. En la calle Ballester, don Manuel de Rocamora tiene su casa-museo. Penetrar en ella es evadirse del tiempo y del espacio. En el jardín se elevan altas y solemnes las columna verdes de los cipreses, donde se albergan y anidan los pájaros errabundos. Un auténtico oasis en una barriada que pierde todo su carácter y sabor. Sólo unas antiguas y señoriales mansiones nos hablan de su antiguo esplendor Crecimiento da una barriada En 1857, San Gervasio se dividía en tres distritos: Bona-nova, Liado y Putxet. Los historiadores del ochocientos nos dicen que el Putxet o tercer barrio de San Gervasio comenzó a crecer antes que la Bonanova, por encontrarse inmediato a Gracia y directamente influido por la urbanización de este distrito de Barcelona. En lo alto del tímido cerro que se mira a Vallcarca y al Tibidabo, existió en el siglo XVII la comunidad carmelitana de San José, que tenía allí una capillita que en realidad fue sustituida por el pabellón de caza, una glorieta-mirador, de don Fernando Puig, hasta el cual trepa, tímida y dispersa, la flor amarilla de la retama. A mediados del pasado siglo, o sea, en 1845 al 1848, comenzó la urbanización de la parca barriada. Me dicen que creció y prosperó rápidamente. Pero la revolución de septiembre atajó bruscamente ese crecimiento. Antonio Mulet, que por aquella época había construido veinte casitas en el pasaje que aún usufructúa su nombre, obtuvo permiso para sortearlas, pues, de no ser así, nadie las habría adquirido. Los particulares lo hicieron todo en el Putxet. Ellos se hicieron urbanistas y constructores de lo que ahora hay, se ha destruido. Joaquín de Roca y Batlle una calle ostenta su nombre urbanizó una viña "en cuerpos de casa" e hicieron otro tanto Joaquín Ferret, Antonio Alsina y Fernando Puig, que entre otras cosas importantes urbanizó de su peculio particular varias calles del barrio, entre ellas la de Alfonso XII. En 1864 se inauguró un mercado con la sana intención comercial de atraer, si era posible, algunos vecinos del próximo pueblo de Gracia. Tres años después se instalaba la primera fuente pública de la barriada, y en 1878 un tranvía hizo su aparición por la calle de San Joaquín. El hombre que estructuró, edificó e hizo milagros para la incipiente barriada, con auténtica pasión de enamorado, fue don Felipe Bertrán Amat, uno de los grandes patricios de antaño, figura señera en la Barcelona de los Gibert, de los Xifré, de los Arnús, de los Gispert y de los Girona. Es él quien, en 1861, abre nuevas calles y alza su casa-palacio en medio de un bosque frondoso y dominador, que todavía subsiste casa y bosque oculto, no obstante, por las modernas edificaciones. Un lugar imponderable El palacio es seductor, imponderable, romántico. En su vasto jardín, las. estatuas parecen florecer de aquí para allá, y toda la decoración floral y árboles se adapta a la configuración del terreno, tal y como quería Gaudí en su Parque Güell, y realizó Mr. J. C. N. Forestier en los modernos jardines de Montjuich. La casa-palacio que creara Bertrán Amat recuerda una villa italiana. Graciosamente nos salen al paso las escultóricas reproducciones grecorromanas y las figuras decorativas de la mejor época romántica e isabelina. Como el famoso relevo de la antorcha olímpica, ese amoral Putxet se sucede en la familia Bertrán. Don Felipe Bertrán y Güell mima la casa de sus mayores, evita cualquier nota discordante. Sólo, por la noche, se produce el milagro de la luz. Los focos iluminan las aguas muertas de los estanques, donde se reflejan fantasmales las castas Venus de mármol, los luchadores romanos...En la barriada existen otros lugares amables, casas que conservan viejos y nostálgicos jardines donde se peinan al todo queda oirás el barrio no sólo se ha transformado, sino que ha perdido calidad. Uno encuentra un tanto a faltar aquellos caballeros de ayer. Nadie sabe nada del pasado del barrio. Me costó horrores que me indicaran la finca de don Felipe Bertrán, que es la más amplia y la más antigua del barrio. Se ha establecido un divorcio entre el Putxet de ayer ,el Putxet de hoy. Se sonríe un poco cuando se propone salva una diosa de barro cocido o evitar la tala de unos cipreses indudablemente, los tiempos son otros. Y es una lástima que veamos cómo se nos muere el barrio del Putxet engullido, no por nuestro tiempo, sino por el mal gusto, que es otra cosa y ciertamente peor. Arturo Llopis ,Los jardines de la morada de una familia y de un Putxet en trance de desaparecer.
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http://eprints.ucm.es/2456/1/H0032201.pdfJosé Bertrán y Musitu (Montpellier, 1875 - Barcelona, 11 de marzo de 1957). Abogado y político español, fue ministro de Gracia y Justicia durante el reinado de Alfonso XIII. Dirigente de la Lliga Regionalista, apoyó al bando franquista durante la Guerra Civil y fue diputado en Cortes y subsecretario de Finanzas en el ministerio de Francesc Cambó. http://foro.elgrancapitan.org/viewtopic.php?p=275804Antiguo carlista, tras militar en la Unión Regionalista será uno de los fundadores de la Lliga Regionalista, formación política con la que participará en las elecciones celebradas entre 1905 y 1923 obteniendo en todas ellas acta de diputado por la circunscripción de Barcelona. http://pendientedemigracion.ucm.es/info/eurotheo/e_books/jjalcalde/servicios_secretos/capitulo_II.pdfJefe del somatén de Barcelona hacía 1919 alentará el pistolerismo que sufrió la ciudad condal en los años previos a la dictadura del general Primo de Rivera.
Fue ministro de Gracia y Justicia entre el 8 de marzo y el 1 de abril de 1922 en un gabinete presidido por José Sánchez Guerra.
Al producirse el levantamiento militar contra la II República, se alineó con los sublevados organizando en 1936, desde Biarritz, el servicio de espionaje franquista en Cataluña que, desde diciembre de 1936 a febrero de 1938, se denominó Servicio de Información de la Frontera del Norte de España (SIFNE) y más tarde al unificarse con el SIN (Servicio de Información Nacional), para todo el bando sublevado, se denominó Servicio de Información Politico-Militar (SIPM)
.http://www.racocatala.cat/forums/fil/73548/telenoticies-sapiens-espies-catalans-franco