Este otro edificio es el Hotel Renaissance Barcelona Fira, acabado de construir en el año 2012. Tiene 105 metros de altura y consta de 26 plantas.
Lo más destacado de su arquitectura es que tiene dos fachadas diferentes.
En una de ellas, el vidrio de la fachada está serigrafiada con un motivo de hoja de palmera, haciéndose eco de las palmeras en el interior del edificio.
La fachada norte es de color negro mate para ayudar a absorber la mayor cantidad de radiación solar como sea posible durante el poco tiempo que se expone al sol.
El edificio se ha concebido con el fin de hacer uso de la luz natural durante el día, dotándolo de eficiencia energética. La intención declarada de los arquitectos fue lograr un "elemento que viven en permanente transformación" a través de la interacción siempre cambiante de la luz y la sombra en el interior del edificio y la fusión de diseño y naturaleza.