El director general de Fira Barcelona, Agustín Cordón, avanzó ayer, en plena inauguración oficial de Mobile World Congress que desde la estrenada capitalidad ya están pensando en cómo revertir la situación y, aunque aún no se ha creado la Fundación Barcelona Capital Mundial del Móvil (la previsión es que se concrete oficialmente en unos días) los ‘órganos pensantes’ han desarrollado una estrategia en el ámbito normativo (Mlegal) para que Barcelona se proponga como la sede de un aún inexistente Tribunal Arbitral Internacional para el sector de las Telecomunicaciones, siguiendo el modelo de la Corte Permanente de Arbitraje de La Haya.
A través de este organismo las empresas y entidades del sector dirimirían sus diferencias sin necesidad de pasar por los tribunales de justicia.
El proyecto se encuentra en estado de embrión hasta el punto que no es conocido ni por el Ministro de Industria, José Manuel Soria, ni por el alcalde de Barcelona, Xavier Trias, a pesar que ambos organismos serán miembros fundadores y patronos de la citada fundación.
Otra de las iniciativas que quiere generar Barcelona en el ámbito legal, en este caso ex ante de las regulaciones sectoriales (a diferencia del Tribunal Arbitral que es expost), es crear un organismo, a modo de lobby, que defienda los puntos del vista de la industria en el momento de la generación de leyes, tanto sea en el ámbito autonómico, español como europeo.
La fundación nace de la iniciativa pública entre el Ayuntamiento de Barcelona, La Generalitat de Catalunya, el Ministerio de Industria, GSMA y Fira de Barcelona que serán los patronos fundadores. Los tres primeros aportarán inicialmente un capital de cinco millones de euros este año, 15 millones cada año entre 2013 y 2017, y 10 millones en 2018, a partes iguales entre las tres administraciones públicas.
La pretensión es integrar en la Fundación al sector privado. Cordón tiene la esperanza que por esa vía se pueda generar una cantidad similar a la que aportará el sector público.
Telefónica ya ha aceptado el reto y será una de las primeras empresas privadas que dará soporte financiero a la capitalidad. De hecho, su primera aportación consistirá en adecuar un espacio en su sede tradicional de la Plaza de Catalunya de Barcelona para que se convierta en la sede del Centro Mundial de la Movilidad, un espacio B2C que espera ser operativo a finales de este año que tiene la pretensión de ser un museo del móvil del siglo XXI con exposiciones para el gran público.
Junto al Center, se desarrollará también un Mobile World Festival que acogerá eventos culturales, musicales y deportivos en la ciudad.
Pero la verdadera importancia de esta capitalidad radica en un tercer elemento, definido como el Mobile World Hub, una fábrica de soluciones móviles, el punto neurálgico de la capital, donde se canalizarán diversas iniciativas tecnológicas, industriales y de investigación para transformar Barcelona en un faro mundial sobre los temas de movilidad.
La hoja de ruta de este hub centrará sus esfuerzos en cinco grandes ámbitos: M-Wallet (móvil como sistema de pago), M-Smartcity (ciudades inteligentes), M-Health (mejora servicios de salud), M-Travel (desarrollos en tiempo real del trasporte de personas y mercancías) y M-Content (mejorar experiencias en ocio y entretenimiento).
El impacto sobre la economía local será cuantioso. El presidente de la Generalitat, Artur Mas, en el acto oficial de inauguración del certamen que contó con la participación del Príncipe Felipe, recalcó que es una oportunidad sin par para conseguir la anhelada recuperación, al nivel de lo que supuso los JJ.OO. de 1992 para la ciudad.
La Fundación será presidida por el alcalde de Barcelona, Xavier Trias.