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Giro más que considerable el del Caso Bárcenas, asunto que ustedes conocerán de primera mano y a buen seguro del que empiezan a aburrirse. Pero es que lo que sucedía ayer deja claras muchas cosas. De ahí que hoy me ocupe en este espacio de comentarlas, sino créanme que habría elegido un asunto menos rutilante.
Lo que le dijo ayer Bárcenas al juez Ruz se podría considerar como “el tirón de manta” que en el PP estaban temiendo y que al parecer se ha producido. Ahora, el ex tesorero asegura que todos los papeles son de él y no sólo eso sino que además ya da datos concluyentes como son las cantidades otorgadas a Mariano Rajoy y María Dolores de Cospedal entre 2009 y 2010, importes que alcanzan los 90.000 €.
Sobre esas cifras, también Bárcenas ha dicho que se realizaron sin un recibí y en billetes de 500€, lo que viene a demostrar que estos billetes existen y que alguien los tenía en su poder…ya que yo nunca he tenido la posibilidad de tener uno entre mis manos. ¿Pero por qué ahora el contable se muestra tan solícito y responsable ante la justicia? Quizá se haya encontrado solo y acorralado y ya saben ustedes que, por ejemplo, las ratas solo atacan cuando se sienten atrapadas y sin salida.
Pero sin olvidar que hablamos de una persona que está en la cárcel y que se la juzga por otros asuntos, aunque estén correlacionados, la parte afectada por fin ha hablado y lo ha hecho tristemente alterando la libertad de prensa, utilizando a un medio afín como es el ABC para que la primera pregunta sobre este asunto tuviera las palabras “chantaje y fallido” en la misma frase allanando así el camino al presidente Mariano Rajoy.
Lamentablemente, lo pactado eran solo dos preguntas, una para el diario El Mundo y otra para la Agencia EFE, pero sin avisar y saltándose a la torera lo establecido Rajoy da paso a lo que realmente le interesaba y tranquilamente lee lo que ya tenía preparado para esa pregunta. Sinceramente me parece muy triste; primero que sometan así a la prensa y segundo, que tergiversen la situación buscando algo que se amolde a sus intereses.
Y es que actitudes como estas son más que sospechosas. Yo soy de los que, hasta que la justicia no actúa, creo en la inocencia de los acusados, pero lo que no se puede hacer es guardar silencio y después actuar como ha actuado el señor Rajoy a favor de sus intereses sin dar oportunidad de que realmente se conozca la verdad.
Qué pena que ya uno no sepa en quien confiar, porque aunque se demuestre, con razón o sin razonamiento, que Bárcenas mintió y que aquí no ha pasado nada, seguiré sin fiarme de aquel que manipula la libertad de expresión, no respeta a los que en esto trabajamos y encima alardea de ser un presidente democrático.
Esta es la crónica habitual de un día como otro cualquiera…