El sistema del acueducto del Besós, - el de levante -. Llegando a la torre levante de la antigua plaça Nova en la casa del Ardiáca, el acueducto del Besós atravesaba la plaza de la Catedral. En ella, en 1954, el MUHBA localizó la cimentación de cuatro pilares más.
Fig. 3 - Vista interior de Ca l’Ardiaca (Fotografía Núria Miró).
El arco exento de este acueducto del Besós (o de levante), en el exterior de la torre de la muralla, es una reconstrucción reciente sobre cimientos romanos, copiando el arco que se encuentra dentro de la torre (figuras III-2 y III-3). No hace mucho, en 1988, quedaron expuestas otras 4 arcadas del acueducto del Besós integradas en una pared medianera, que se ha dejado al descubierto en la calle Durán i Bas junto a la calle Capellans (Fig. III-1) (Beltrán de Heredia, et al., 2001: 26).
Se apunta que, en la Alta Edad Media, este tramo del acueducto, una acequia a nivel del suelo, fuera ampliado y ensanchado para incrementar el caudal y potenciar los molinos que se instalaron (Miró y Orenga, 2010: 118-121).Figura III-1 Arcos del Acueducto de levante o del Besós en la calle Capellans con Durán y Bas. Regresando a la ciudad amurallada, Fernández Casado hace notar que en la capilla románica de Santa Lucía, en el claustro de la catedral, en la pared izquierda, poco antes del ascensor al Archivo de la Catedral, está integrado uno de los pilares de este acueducto de levante (Fernández Casado, 2008: 219-229). Al parecer la conducción intra-muros era paralela al decumanus.
El sistema del acueducto de poniente, o de Collserola -. Mucho menos conocido es el curso del acueducto de poniente. Supuestamente procedente de la montaña. Aparte del pilar de este segundo acueducto, dentro de la torre citada anteriormente, también se encontraron en 1954, por el MUHBA, restos de la cimentación de otros cuatro pilares en la plaça Nova (Miró, 2010). Muy suavemente se desviaban para encarar la calle dels Arcs. El recorrido de este segundo acueducto atravesaba también la vieja plaça Nova (ahora en la plaza de la Catedral). Se encaminaba por la calle dels Arcs y por la puerta del Ángel hacia el Paseo de Gracia. Fernández Casado anota que restos de otros dos pilares eran visibles en 1967 en dos casas de la calle dels Arcs. En el zaguán de la casa nº 3, ya derribada en 1970, y en una casa que estaba en restauración como sede del Real Círculo Artístico. Ambos han desaparecido (Fernández Casado, 2008: 220). Pujades, en 1609, testimonia otros pilares en esta misma calle (Pujades, 1829). Iorba (1589) y Francesc Socias (1650) confirman indicios de este recorrido. Así como Laborde (1806), que sugiere que el agua procedía de la montaña (Miró, 2010). Mayer y Rodá (1977) localizaron en Collserola unas captaciones de agua, - unos manantiales medievales – que relacionaron con el acueducto de la montaña. De diversos lugares próximos, las captaciones de aguas convergían en Sant Genís dels Agudells a 6,4 km de la entrada en el recinto amurallado. Miró y Orenga, han vuelto a estudiar si esta captación medieval procedería de un sistema romano. Pero dudan si algunos restos de unas posibles conducciones, halladas en el ensanche y más arriba, sean medievales o romanos (Miró, Orenga, 2010: 121-123). Más recientemente se identificado como medieval esta traída de aguas, con una conducción entubada desde Sant Genís (Orengo, Miró, 2013). En tubos sería menos cuestionable la gran pendiente (38 m/km) que supondría este trayecto del acueducto. Pero sería una solución muy cara. Sin embargo, por la evidencia antigua y reciente, en la zona del paseo de Gracia tampoco faltarían manantiales que pudieran haber sido explotados en época romana de forma mucho más económica.Los manantiales del ensanche barcelonés Una alternativa es que el acueducto de poniente procediera de apenas unos pocos kilómetros al norte. En los planos del Siglo XVI al XIX, el entorno no es una llanura arbolada, sino terrenos en que los mapas señalan arroyos y/o ramblas y en ocasiones, en los mapas más recientes y detallados, los terrenos parecen cruzados por pequeñas acequias. Es conocido que el subsuelo es un amplio y rico acuífero que desciende hacia la costa. Y recordando a Avieno, los romanos sabían que las Barcilonas eran ricas en aguas. Las técnicas de construir galerías de captación y transporte de agua, incluso a distancias sorprendentes eran muy conocidas en las más antiguas urbes orientales. En la propia Roma no faltaron captaciones de este tipo que eran preferidas a los ríos, que entregaban un agua menos cristalina. Normalmente se excavaban arquetas o galerías para interceptar el flujo del agua bajo tierra. Curiosamente, cuando Frontinus se hizo cargo de los acueductos de Roma, el agua más turbia del rio contaminaba todo el sistema de suministro, pasando de acueducto a acueducto que entonces estaban intercomunicados. Tal como cabe suponer a los acueductos de Barcino. Frontinus aisló cada acueducto. A medio camino a Gracia, desde el Siglo XVI, estaba el convento de Jesús, bastante grande y que puede servir de ilustración. Siempre dibujado en los mapas rodeado de una arboleda (ver también Orti, 2000: 20). Estaba subiendo por el actual Paseo de Gracia a mano derecha a la altura de la calle de Aragón. Tras las desamortizaciones del siglo XIX, de aquel convento quedó una famosa fuente. Aparte de las abundantes referencias a antiguas fuentes, la riqueza en agua de este lugar era patente por los diversos jardines y fuentes ornamentales de mediados del XIX (por ejemplo los Jardines de los Campos Elíseos y los del Tívoli) y está registrada en diversos planos de Barcelona de los siglos XVIII y XIX del Archivo Histórico de la Ciudad de Barcelona. Consta la abundancia y excelente calidad del agua de la “Font del Jesús” a mediados del siglo XIX. Decía Jacinto Verdaguer en su poema “La Font de Jesús”, “Al peu del Passeig de Gracia - entre un roure y una acacia - rajaba una fontanella- com la fusada d’un fus - com la fusada argentina -escumosa y cristallina - descapellava ses aygues - la dolça font de Jesús- -- etc- etc.”
Más tarde, en el siglo XIX el lugar fue aprovechado por instalaciones de la Compañía de Aguas para combinar diversas traídas de agua para la ciudad. Había otra fuente natural más arriba, a la altura de la actual calle Provenza, sobre la arboleda que conducía desde la puerta del Ángel a Gracia - hoy el Paseo de Gracia - (del Castillo, 1945). ¿Serían afloramientos de unos caudales subterráneos importantes? Cerca del monasterio de Jesús pasaba un arroyo con agua procedente de la montaña. No es difícil localizar referencias de arroyos similares en la parte alta de Barcelona. Recientes sondeos demuestran la abundancia de agua pero no es probable encontrar restos arqueológicos. Estas tierras han sido objeto de multiples movimientos a lo largo de muchos siglos. Desde hace bastantes décadas la Compañía de Aguas de Barcelona fue adquiriendo las pocas y muy pequeñas compañías de aguas que explotaban pozos o fuentes en el centro de diversas manzanas céntricas del Ensanche para cerrarlas o desviar su caudal al riego, no al consumo por razones sanitarias. Aun su sucesora AGBAR tiene fuentes importantes en diversos lugares de Collserola y el Barcelonés. No consta cual era aquel manantial que pudiera haber alimentado a Barcino a principios del siglo I d.C. Pero no faltan alternativas no muy lejanas a la ciudad romana. En realidad no se conoce el origen del acueducto de poniente que llamamos “de Collserola”. Pero no por falta de alternativas. Vagamente debía estar aguas arriba de la puerta del Ángel. Se ha supuesto, - gratuitamente -, que era el acueducto construido por Lucius Minicius en el 125 d.C. y las especulaciones sobre su naturaleza y recorrido se han multiplicado a lo largo de los años. Mientras que Baetulo, a pocos kilómetros de Barcino, en un entorno geológico parecido, una ciudad con 10 ha de superficie y con sus Termas, recibía el agua a través de una galería recubierta de opus signinum, de la cual se conserva un tramo. El agua venía desde una captación subterránea no localizada, pero que se supone cercana. En este sistema existió también un tramo sobre arcadas (Padrós, 1999). Según Frontinus, no faltaban tampoco galerías de captación ni trayectos subterráneos en la propia Roma. El acuífero y la sensible pendiente del terreno en el Pla de Barcelona sugerirían que una captación se condujera al principio subterráneamente, luego en la superficie, descendiendo hacia la ciudad. Hasta que, por el talud del terreno, para conservar la cota al llegar a la torre de la muralla, la canalización seguiría por las arcadas del acueducto de poniente que conocemos. No hay pruebas suficientes, pero dado el entorno geográfico, histórico, técnico y económico, sería lo más lógico.
La construcción en los acueductos de Barcino. Las arcadas que se conservan de ambos acueductos son casi del mismo diseño y de las mismas dimensiones, con arcos semicirculares peraltados apoyados en gruesos pilares cuadrados. Estos eran de hiladas muy regulares de bloques de piedra de Montjüich rectangulares (opus certum), del tamaño de adoquines, formando un hueco cuadrado que actuaba de molde donde se vació el relleno del pilar, con argamasa y piedras irregulares (opus caementicium).
©Luis Conde Moragues. Todos los derechos reservados.Barcelona, B-6416-09; B-3449-14Depósito legal: B 11865-2015ISBN: 978-84-943862-1-3
Permiso del autor, palabras textuales:Luis Conde Moragues.Yo no tengo un interés económico sobre mis trabajos arqueológicos e históricos . Solo busco que mis hipótesis sobre nuestra ciudad lleven a acciones de las instituciones responsables. Adoro a esta ciudad. Puedes copiar y dar difusión a mis teorías. Más aún si puedes darles más audiencia.El problema es que si bien yo he recibido mucho soporte, y creo que la evidencia es muy fuerte, esta es poco tangible.Pero la silueta de la elipse esta allá desde hace 1700 años. Y probablemente estará muchos años más pidiendo una explicación.
Lo mejor es que las ideas (que critico) que se publican sobre la Barcelona romana no son creíbles ni se pueden soportar científicamente. Pero Barcino es un gran negocio para muchos profesionales. Para estos, tu amigo es en realidad un estorbo, o peor aún un aficionado.