Desde que Alejandro González Iñárritu mostrara su primera película sin guión de Guillermo Arriaga en Cannes todas las miradas apuntaban a su protagonista, Javier Bardem, como principal candidato a llevarse el gato al agua. Y así ha sido. Aunque la cinta no entusiasmó tanto como era de esperar nadie puso en duda que el actor realiza su mejor trabajo hasta la fecha como el lobo solitario enfrentado a una de las caras más amargas de Barcelona de Biutiful.
Por su parte Juliette Binoche se ha alzado como mejor actriz por el drama social La nostra vita y el actor Mathieu Amalric con el de mejor director por su décima película como realizador Tournée. No obstante el máximo galardón no ha estado exento de la habitual polémica. El tío Boonmee se acuerda de sus vidas anteriores, del tailandés Apichatpong Weerasethakul se ha hecho con La Palma de Oro a la mejor película reconociendo la labor de uno de esos directores de culto cerebrales y crípticos. El que esperara un palmarés convencional con Tim Burton presidiendo el jurado es que no vive en este mundo.