Barnabas Stinson

Publicado el 03 abril 2021 por Plasnisk

Barnabas Stinson

Barnabas Stinson fue una persona legen-daria que pasó a la historia como el creador de El código de Colegas y la Escala Sexy/Loca.

Nació en 1732 en las tierras de Pope's Creek, cerca de la actual Colonial Beach, en el Condado de Westmoreland (Virginia).

Sus padres murieron de fiebres, así que pasó sus primeros años en un orfanato. Al igual que el resto de los niños en el orfanato, sufrió hambre continuamente. Una noche pidió repetir un cuenco de arroz y fue tachado de problemático y lo echaron.

Entonces se buscó un trabajo. Consiguió uno de enterrador. Sin embargo, volvió a crear problemas pidiendo que le dieran su cuenco de arroz.

Entonces recorrió America a lo mochilero.

En las afueras de la ciudad, cansado y hambriento, conoce a una loca, quien le ofrece un lugar donde hospedarse. Lleno de inocencia, se ve inmerso en el mundo del hampa y se encuentra en medio de una banda de chicos carteristas.

En esa ciudad, conoce a una mujer y se lía con ella sin tener en cuenta que estaba loca. Ese día inventó la Escala Sexy/loca para salvar a otros hombres de mujeres locas.

Otro hecho destacado fue la redacción de el Código de colegas en 1776 en Philadelphia en el reverso de la Constitución americana para ahorrar papel.

Todo empezó en una taberna Benjamin Franklin y George Washington se peleban por una doncella. Franklin aseguraba que se la Había pedido primero. El problema es que no existían normas al respecto.

Llegaron a la conclusión de que había que redactar unas normas de colegas. Pero eran tipos muy ocupados y no tenían tiempo. Uno debía posar para el billete de un dólar y Franklin volar su cometa.

Fue entonces cuando Barnabás se ofreció a redactarlas y pasar a la posteridad.

Sus últimos días fueron en Queens. Era la noche de año nuevo de un invierno cruel de 1799 de las 3 de la madrugada. Se encontraba en una taberna vacía a la luz de un candil, carruajes y cocheros todos en redil.

La hora feliz se acababa y su bolsa menguaba. Tornó la mirada a la izquierda, y el monstruo ahí estaba. Lucia barba de tres días y arrobas pesaba cientos. Engullía alitas de pollo con hueso y todo.

Contuvo un grito, tragó un vómito, preguntó por sus aposentos. Resultó que vivía cerca. Así que me tragó su orgullo con whisky de doce años y rogó a los dioses que la doncella no le hiciera daños.

Ya en su cubil, ofreció asado y coñac, bajos sus recias pezuñas los suelos hacían crack. Pero a su regreso sólo encontró al sofá un anexo, convirtiéndose así en pernocta sin sexo.

El padre de ella se enteró y le retó a un duelo. No quiso, así que lo mató a palos.

Y ya estaria... Difundid la palabra