Estiras 4 22712 Jaca (Huesca) Habitación: Ermita Entrada: 27/12/2019 Tarifa: 198 A+D En una pequeña pedanía a dos kilómetros de Jaca, bajo la Peña Oroel, rodeado de modernos chalets para enamorados de las montañas, en medio del silencio sólo roto por el tañido de las campanas de la antigua iglesia, encontramos Barosse. Una casa nueva, construida con viejos sillares en medio de un pequeño jardín cuidado y decorado con velas, estanques... y fabulosas vistas a la primera línea de los Pirineos. Al hacer la reserva preguntamos por cómo llegar hasta allí tras nuestra etapa del Camino de Santiago, y ya nos sorprende que el propio Gustavo (uno de los propietarios) se ofrezca a recogernos en su coche. Si eso no es hospitalidad... Tras la puerta principal de la casa nos abre José, el otro propietario, que nos recibe en un espacio poco definido que hace de recepción. No es grande, más allá que un recibidor de una casa de ese tamaño. A la derecha una abigarrada estantería llena de productos a la venta (desde humidificadores a vinos pasando por embutidos de la zona). A la izquierda una mesa decorada de Navidad con rosas y una lámpara de mesa. Frente a la puerta, junto a una puerta sobre la que hay un cartel que indica el nombre de la habitación Iglesia, hay un aparador y un atril con un libro de firmas. Paredes blancas. Aroma a incienso muy suave. Luz. José nos ve cansados de la caminata así que sin más nos entrega la llave de la habitación y de la casa en un llavero de madera con el nombre "Ermita" grabado en él. Mientras nos explica el funcionamiento del wifi gratuito y veloz en todo el edificio se hace cargo de nuestro equipaje y nos invita a bajar por las escaleras que nacen allí mismo con la promesa de enseñarnos el comedor (donde además de una chimenea hay un servicio de café y te gratuito para los huéspedes y un bar a disposición de los clientes en el que prepararse una copa y anotar la consumición en un papel) y la sala de estar, con varios sofás, una pequeña biblioteca y una chimenea. Desde esa sala, salimos de nuevo al jardín. A la derecha una pequeña fuente completamente helada. Sobre el césped un par de árboles de Navidad hechos de luces. A la izquierda, una construcción exenta, con un ábside y piedras de mampostería como si de una ermita se tratara. Bajo un túnel creado con una enredadera encontramos la puerta, de madera, con llave normal. Un felpudo separa el suelo exterior del interior. Tras la puerta suena de fondo una música que proviene de un formidable bafle conectado a un iPad con varias listas de música, aunque también podemos conectar nuestros dispositivos. Queda detrás de la puerta un armario de madera negra y cristal, sobre el que hay una pecera con plantas, que ofrece una botella de agua de cortesía con un par de vasos de cristal rojo. El resto de la habitación se abre hacia la derecha. Tejado a dos aguas de madera gris muy cuidada. En el centro un ventilador de techo. Suelos de porcelana marrón muy limpia.
Estiras 4 22712 Jaca (Huesca) Habitación: Ermita Entrada: 27/12/2019 Tarifa: 198 A+D En una pequeña pedanía a dos kilómetros de Jaca, bajo la Peña Oroel, rodeado de modernos chalets para enamorados de las montañas, en medio del silencio sólo roto por el tañido de las campanas de la antigua iglesia, encontramos Barosse. Una casa nueva, construida con viejos sillares en medio de un pequeño jardín cuidado y decorado con velas, estanques... y fabulosas vistas a la primera línea de los Pirineos. Al hacer la reserva preguntamos por cómo llegar hasta allí tras nuestra etapa del Camino de Santiago, y ya nos sorprende que el propio Gustavo (uno de los propietarios) se ofrezca a recogernos en su coche. Si eso no es hospitalidad... Tras la puerta principal de la casa nos abre José, el otro propietario, que nos recibe en un espacio poco definido que hace de recepción. No es grande, más allá que un recibidor de una casa de ese tamaño. A la derecha una abigarrada estantería llena de productos a la venta (desde humidificadores a vinos pasando por embutidos de la zona). A la izquierda una mesa decorada de Navidad con rosas y una lámpara de mesa. Frente a la puerta, junto a una puerta sobre la que hay un cartel que indica el nombre de la habitación Iglesia, hay un aparador y un atril con un libro de firmas. Paredes blancas. Aroma a incienso muy suave. Luz. José nos ve cansados de la caminata así que sin más nos entrega la llave de la habitación y de la casa en un llavero de madera con el nombre "Ermita" grabado en él. Mientras nos explica el funcionamiento del wifi gratuito y veloz en todo el edificio se hace cargo de nuestro equipaje y nos invita a bajar por las escaleras que nacen allí mismo con la promesa de enseñarnos el comedor (donde además de una chimenea hay un servicio de café y te gratuito para los huéspedes y un bar a disposición de los clientes en el que prepararse una copa y anotar la consumición en un papel) y la sala de estar, con varios sofás, una pequeña biblioteca y una chimenea. Desde esa sala, salimos de nuevo al jardín. A la derecha una pequeña fuente completamente helada. Sobre el césped un par de árboles de Navidad hechos de luces. A la izquierda, una construcción exenta, con un ábside y piedras de mampostería como si de una ermita se tratara. Bajo un túnel creado con una enredadera encontramos la puerta, de madera, con llave normal. Un felpudo separa el suelo exterior del interior. Tras la puerta suena de fondo una música que proviene de un formidable bafle conectado a un iPad con varias listas de música, aunque también podemos conectar nuestros dispositivos. Queda detrás de la puerta un armario de madera negra y cristal, sobre el que hay una pecera con plantas, que ofrece una botella de agua de cortesía con un par de vasos de cristal rojo. El resto de la habitación se abre hacia la derecha. Tejado a dos aguas de madera gris muy cuidada. En el centro un ventilador de techo. Suelos de porcelana marrón muy limpia.