Ante todo he de aplaudir que los gobernantes de turno –en nombre de la sociedad que les puso ahí- quieran reconocer la función social realizada por quienes nos hemos dedicado a la enseñanza, máxime cuando tantos años hemos estado luchando por ese “reconocimiento social del rol docente”; es todo un detalle que no criticaré en lo que tiene de noble. Pero dicho esto, también quiero señalar que las cosas podrían hacerse de otra manera, y me explico.
Se convoca en Toledo –al parecer como todos los años- a más de 500 “jubilados especiales” y a sus acompañantes –que eso si, recomiendan se autolimiten-, a los que se les ponen autobuses gratis en todas las capitales de provincia. Se monta un acto -no sé si llamarlo pre-electoral o como mínimo mitinero para autobombo del dulce mandato del PSOE, o para mayor ornamento narcisista de su presidente que “quiere estar en este momento tan emotivo”. Se les invita a cenar –la carta decía que a un refresco- en unos lujosos salones de la cadena hotelera amiga (Hoteles Beatriz), y para colofón, regalan un Lothus a cada homenajeado/a –grabado por supuesto con la propaganda institucional-, que fácilmente rondará los 100€ (aunque este año como está descatalogado pueden haberlo conseguido por 75).
Y uno, aún pensando que este año las cosas serían más austeras, por aquello de la crisis, la bajada de salarios y la congelación de las pensiones, quizá no debía haber participado; reconozco que me equivoqué (acto largo, pesado y nada austero). Pues aunque yo fui en mi coche y no llevé acompañante alguno, reconozco que mejor lo hicieron los 160 jubilados/as que no asistieron. Porque estas prácticas, que tan masivamente pusiera de moda José Bono, si siguen existiendo es porque se secundan.
Pero digo yo:
• ¿No se podría haber hecho el acto en un centro educativo o cultural en lugar de en unos salones privados que cuestan un pastón?,
• ¿No podría participar la comunidad educativa para que el reconocimiento fuera mas social y tuviera un carácter menos político?,
• ¿No se podrían reducir menos plantillas, recortar menos gastos de laboratorios, volver a dotar los apoyos amortizados o evitar los desdobles, siendo mas austeros en el gasto?,
• ¿No se podrían ahorrar los relojitos y en su lugar dejar los salarios como se han consolidado?
• ¿Por qué se elige estas “jubilaciones especiales” y no se reconoce a las secretarias, los albañiles, fontaneros o administrativas que llevan toda una vida trabajando?
En tiempos de crisis como los que vivimos, donde a unos gobernantes que se autoproclaman socialistas, no les ha temblado el pulso para impulsar decretazos, tijeretazos y una infumable reforma laboral, no es muy de recibo que se derroche el dinero público (aunque esto costara, pongamos que 100.000€) y luego se meta la mano al bolsillo de los trabajadores/as, se congele el sueldo a los jubilados/as o se recorten partidas a los dependientes. Ya no estamos para eso.
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