BARRY SEAL: EL TRAFICANTE (Doug Liman, 2017)

Publicado el 04 septiembre 2017 por Dentro Del Monolito @dentromonolito
No debe ser un asunto sencillo que la ficción encuentre maneras válidas de retratar realidades turbias pero tristemente reales. Que lo haga además de forma didáctica y, sobre todo, divertida, me parece un logro remarcable. Últimamente asistimos a una cierta corriente que consigue plasmar temáticas delicadas de este modo, acercando asuntos espinosos al gran público. Películas como El lobo de Wall Street (The wolf of Wall Street, 2015), La gran apuesta (The big short, 2015), Spotlight (2015), y series como Narcos o Making a murderer (vale, no es ficción como tal pero su estructura de serial la acerca a ello) demuestran que se puede entretener a las masas al mismo tiempo que se dan visiones (que sean más parciales o menos ya es otro tema) realistas de la sociedad actual. Aunque su engañoso cartel parezca anunciar algo diferente, Barry Seal: El traficante (American Made) es otra de estas piezas.El director Doug Liman viene a reconstruir la peculiar historia de Barry Seal, un piloto comercial que acabó trabajando para los mayores contrabandistas del mundo, llegando a poner en jaque a gobiernos enteros y comprometiendo la seguridad de algunos países. Su insólita capacidad de transportar sin ser visto le convirtió en una valiosa pieza estratégica que irremediablemente estaba destinado a ser agente doble, triple o más. La elección de Tom Cruise (que ya trabajó bajo las órdenes de Liman en Al filo del mañana) para encarnar a tal personaje pudiera hacer temer que estemos ante una película blanca en la que se obvien los momentos más controvertidos, pero lo grande de «Barry Seal» es que introduce sutilmente puyitas a todas las organizaciones y gobiernos que estuvieron involucrados, y lo hace bajo la apariencia de película mainstream inocua. Planteada como un biopic con maneras de cine de acción, la cinta de Liman narra la acción con un ritmo fantástico y un acusado sentido del humor, lo cual ayuda a digerir la trama y a empatizar con unos personajes que, por definición, deberían repugnarnos.«Barry Seal» abraza sus influencias sin disimulo, siendo el Scorsese de la mencionada «El lobo de Wall Street» un referente obvio pese al buenismo que desprende el personaje de Cruise. Pero también encontramos paralelismos temáticos con obras como Blow (2001) o Traffic (2000). El factor que diferencia a esta película es el tono de humor que impregna buena parte del metraje, aunque es un humor que no resta entidad a la historia, sino que ayuda al dinamismo de su desarrollo. El trabajo de dirección de Doug Liman me parece fantástico, ya que aprovecha un gran guion de Gary Spinelli manejando en todo momento los tiempos para que el ritmo no decaiga y el espectador siga la trama sin perderse. La manera en que se remata el desenlace, por cierto, es sublime.Parece que a Tom Cruise le sienta muy bien trabajar con Liman, ya que tal vez estemos ante una de sus mejores interpretaciones. Sin quitarse algunos tics propios, logra crear un personaje de mucho peso dotándole de una carismática personalidad y un aire irónico que le va muy bien. En el reparto de secundarios, hay que nombrar a un trío que aporta una tremenda presencia: Dohmnall Gleeson, Sarah Wright y Caleb Landry Jones. Los tres, cada uno en su rol, se comen la pantalla cada vez que aparecen, complementando a la perfección al protagonista.No hagan caso al póster ni a los tráilers, creo que no reflejan en absoluto lo que esconde «Barry Seal». Estamos ante una producción muy meritoria, de ese tipo de películas que esconden mucho más de lo que aparentan y de la que es difícil no salir satisfecho tras su visionado. Muy recomendable.Mi nota: 8