LAS CASAS estaban divididas en espacios funcionales: acceso, área de actividades domésticas y despensa, donde se almacenaban legumbres, frutas y productos de la huerta
Los Carpetanos estuvieron fundamentalmente ocupadas en una agricultura cerealista extensiva de secano basada en distintos tipos de trigos desnudos (Triticum estivium/durum) y cebada (Hordeum vulgare) y una cabaña ganadera de ovejas y cabras, con algo de vacuno y de cerdo. La importancia de la agricultura cerealista de secano, además de los restos carbonizados de grano, se reconoce en los hallazgos de abundantes molinos de piedra (de vaivén y circulares), instrumental de hierro –como rejas de arado, hoces, layas y otras herramientas– y de numerosos recipientes de gran tamaño hallados en las despensas de las casas para el almacenaje de grano.
Algunas legumbres, frutales y, con seguridad, algunos productos de la huerta se obtendrían en las vegas de los ríos .
También se recolectaban –sobre todo en las estaciones oportunas– los productos de los bosques: bellotas, frutos silvestres, setas y hongos. La miel, obtenida en toscas colmenas de troncos de árbol vaciados y en cilindros de cerámica, era el producto utilizado para endulzar los alimentos.
La ganadería incluyó, sobre todo, ovejas y cabras, que constituyen más del 50 por ciento de los restos de fauna recuperados en las excavaciones, con algunos bóvidos (alrededor del 13 por ciento) y cerdos (aproximadamente un 15 por ciento).
El patrón de sacrificio de los ovicápridos –entre dos y cuatro años, con pocos restos de individuos infantiles/juveniles y, menos todavía, seniles– revela un modelo mixto de aprovechamiento, para derivados (leche, lana y piel) y aprovechamiento cárnico. La curva de mortalidad del vacuno sugiere una cría orientada a la producción láctea y, en menor medida, al consumo de carne.
No existen huellas en sus huesos de que se utilizaran como tracción en las labores agrícolas. Los restos de animales cazados, como complemento a los domésticos, son bastante escasos, apenas llegan a un 6 por ciento.
El más abundante es el ciervo –con huellas de descarnado–, y hay restos de cabra montesa, jabalí, zorro, conejos yliebres. La presencia de caballos, como animales de tiro, montura y transporte y restos de cánidos domésticos, con seguridad empleados en las tareas ganaderas, completan el espectro faunístico. La importancia de los ovicápridos y de la agricultura cerealista de secano hace muy verosímil un sistema de barbecho extensivo y abonado con rebaños como se ha planteado para otros sitios de la región.
Los análisis del contenido de algunos recipientes cerá- micos prueban la importancia en la alimentación de gachas de trigo, cebada y bellota con carne de conejo y perro, en algún caso concreto; en otros contenedores se han detectado productos fermentados de cereales o al menos elaborados a base de cereales.
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