Por Hogaradas
Elegir una buena base de maquillaje y saber cómo aplicarla es fundamental para conseguir un buen resultado final, ya que será la encargada de cubrir esas pequeńas manchitas o imperfecciones de nuestra piel, corregir brillos y hacer que nuestro rostro esté perfectamente preparado para aplicarle después el colorete, la sombra de ojos o cualquier otro tipo de complemente que necesitemos según la ocasión.
Además, de lo que se trata siempre es de conseguir un aspecto lo más natural posible, libre de el antiestético efecto “máscara” o “pegote”, así que en este artículo voy a hablaros de qué tipos de base de maquillaje existen en el mercado y de cuáles son las más adecuadas según el tono y la textura de la piel del rostro.
Son dos los tipos de bases de maquillaje que nos podemos encontrar:
- En barra: Recomendables para pieles normales o secas, no grasas, y perfectas para retocarse en cualquier momento y lugar gracias a su fácil aplicación y a su pequeńo tamańo, que nos permite llevarlas con nosotras allá donde vayamos.
- Fluidas: Recomendadas para todo tipo de pieles. Con ellas conseguiremos unificar el tono de piel y mostrar un aspecto muy natural, además de un rostro luminoso y aterciopelado.
- Mouse: Recomendadas para todo tipo de pieles. Su textura a base de gel consigue provocar una sensación de frescura en el rostro.
- Compacta: Perfectas para ocultar imperfecciones por su gran cobertura, más que las bases de maquillaje en barra, y el resultado, una piel aterciopelada. Se presentan en crema, para pieles secas y mixtas, y en polvo, adecuadas para los rostros con brillos.
Estos son los cuatro tipos de maquillaje que tenemos para elegir cuál es la que más se adapta a lo que necesitamos, así que ahora vamos a ver cómo elegir el tono que más nos favorezca.
La mejor prueba para saber que vamos a elegir el color más adecuado es la que todos los profesionales nos hacen cuando vamos a comprarnos una base de maquillaje, que es extender una pequeńa cantidad en nuestra mano. Elegiremos el color que se funda con la tonalidad de la misma, de manera que al maquillarnos, la diferencia de tono entre la cara y el cuello sea inapreciable. Esa será la base de maquillaje perfecta, la que tenga un color que se funda con el de nuestra propia piel, y consiga que tengamos un aspecto natural y luminoso tras su aplicación.
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Fotografía L'Oréal Paris