Bases de maquillaje y aplicación (Iniciación) — MªJosé

Por Oohhoney

Hola de nuevo chicas!

Después de unas cuantas entradas sobre el cuidado de la piel, y ya con ella en perfectas condiciones, toca el turno del maquillaje.

En esta ocasión os traigo una entrada en la que yo, desde mi punto de vista y tras mi propia experiencia no profesional, os comento cómo podemos aplicarnos las bases de maquillaje según el resultado que queramos obtener y la textura de la base a aplicar.

Seguramente, tal como me ocurre a mí, no siempre queréis que vuestra piel luzca igual, sino que a veces os apetezca un resultado más natural y, en otras ocasiones prefiráis ir más “vestidas”. Por tanto, probablemente dispondréis de diferentes bases de maquillaje según la ocasión, si bien es cierto, que una misma base, aplicada con diferentes herramientas, puede dar un resultado completamente diferente.

En primer lugar os voy a indicar las herramientas y bases de maquillaje que, a priori y en general, os van a dar un tipo de resultado y después voy a pasar a detallar como podemos modificar esos mismos resultados dependiendo de la herramienta usada.

GENERALIDADES:

Si queremos obtener un resultado natural:

Lo primero es hacerse con una base de maquillaje de cobertura baja o baja/media. Este tipo de bases (obviamente no tengo todas las de mercado y no os las puedo citar todas, aunque ojalá!) podrían ser, por ejemplo, Face&Body de MAC, Face&Body de Make Up Forever (MUFE), Mineralize de MAC, Luz Maquique de L´Oréal, SheerGlow de Nars y la mayoría de BB Creams del mercado. Normalmente, suelen ser bases de maquillaje de textura ligera, tirando a líquida, pero no es una norma, así que, aunque puede resultar un indicativo, aseguraos primero. De todas formas, si os interesa conocer la cobertura de alguna base de maquillaje en concreto, dejádmelo en comentarios y, si la conozco, os lo comento. Si no, seguro que en el stand de la marca os pueden ayudar.

Una vez elegida la base de maquillaje y el resultado que queremos obtener, la siguiente cuestión es qué herramienta elegir. En este caso, generalmente, se optará por brochas no muy tupidas, con el pelo largo, entre las cuales, yo tengo las siguientes:

  • Brocha duo-fibra, stippling o mofeta: yo tengo la de MAC, pero en el mercado hay un montón de firmas que ya han sacado la suya propia, así que no os resultará difícil de encontrar. La aplicación con esta brocha lleva su tiempo, pero el resultado a mí me encanta. Se trata de aplicar sobre el dorso de la mano una pequeña cantidad de la base a aplicar, recoger poco a poco el producto con la mofeta y  aplicar sobre el rostro a golpecitos, sin arrastrar el producto. No sé si recordareis cuando en el cole hacíamos la técnica del puntillismo, pues de eso se trata. Se tarda más porque se cubre muy poca piel en cada aplicación, pero el resultado es como de aerógrafo, muy natural, ya que la piel va integrando sólo la cantidad justa de base de maquillaje. Se necesita muy poca cantidad, así que la brocha no debe estar muy cargada de base. En caso de que queráis añadir mayor cobertura, esperad a que la piel haya integrado la capa que habéis aplicado y, una vez seca, aplicad una segunda capa, siguiendo el mismo proceso.

  • BeautyBlender: si os soy sincera, hace bien poquito que he empezado a utilizar esta herramienta. Conocía de siempre las típicas esponjas de maquillaje, pero esta es diferente. De hecho, las esponjas de maquillaje no me convencen demasiado (tengo bastantes por casa y acabo usando otras opciones siempre antes) y la BeautyBlender me tiene encandilada. Con ella conseguiremos un resultado semejante al que obtenemos cuando usamos la mofeta, pero con la BeautyBlender necesitamos menos tiempo. Para conseguir un resultado natural lo que yo hago es ponerla bajo el grifo y mojarla bien. Después, la escurro bien y, por último, la termino de “secar” con una toalla. De esta manera, queda húmeda de forma homogénea. A continuación, aplico sobre el dorso de la mano la base de maquillaje elegida, mojo la BeautyBlender sobre ella y aplico sobre el rostro, esta vez ya sí, arrastrando por la piel, en movimientos circulares, evitando así que una zona de la cara contenga más cantidad que otra de base de maquillaje. Si antes os comparaba el movimiento con el puntillismo, ahora os lo comparo con el de pulir.
  • Las manos: Sí, sí, las manos y así tan pancha que me quedo! Siempre limpias eso sí, pero si es para aplicaros vosotras mismas la base, no hay ningún inconveniente. Por qué no? De hecho, ahora mismo tengo la base Face&Body de MAC y como más me gusta el resultado es aplicándola con las manos, ya que de esta forma se me asienta mejor en el rostro, ya que es una base que tarda en secarse y, como te apliques más de la cuenta, hasta que se seca por lo menos a mí, me mancha toda la ropa! Lo que hago es extenderla como si de una crema hidratante se tratara y con mucho ojo de no aplicar, como os digo, más cantidad de base en una zona que en otras, porque si nos pasa eso, sea la base que sea, quedan ronchones y para eso, mejor no aplicar nada. Así que a “pulir” toca!

Si queremos obtener un resultado más cubriente: lo primero será elegir una base más cubriente, como por ejemplo, la famosa Studio Fix Fluid de MAC, DoubleWear de EsteeLauder o Color Stay de Revlon. Y, en este caso, vamos a buscar brochas con el pelo más corto y más tupidas, como por ejemplo:

  • Brocha lengua de gato: yo tengo la de Real Techniques y una de Sephora. La de Real Techniques me convence más por la forma que tiene, ya que puedes acceder mejor a los rincones, pero con la de Sephora tampoco se aplica mal, eh? Este tipo de brochas las tienen casi todas las marcas, así que tampoco os será difícil haceros con una. Con esta brocha lo más complicado es que no os salgan líneas al aplicar la base, ya que al arrastrar el producto por el rostro, la base “marca” la dirección por la que han ido las fibras de la brocha. Por tanto, mi consejo es que apliquéis la base arrastrando en una dirección y, antes de que se seque y sin coger más base, arrastréis el producto en otra, así hasta que quede completamente integrado cuando se haya secado sobre el rostro. A mí, personalmente, no me convence este tipo de aplicación, ya que me resulta muy cubriente y pesado, es decir, me noto mucha cantidad de producto en la piel y no me resulta nada cómodo. Pero para gustos los colores! Y me diréis, entonces para qué quieres esas brochas? Pues la verdad es que me encantan para, cuando tengo tiempo, aplicarme la crema hidratante. Así os hacéis una idea de cómo aplica este tipo de brochas los productos.

  • Brocha Buffer: este tipo de brochas son muy tupidas, estilo F80 y F82 de Sigma. Yo tengo la F80. Las uso mucho cuando quiero un resultado más cubriente, pero a la vez homogéneo y que no tape por completo mi piel, evitando así el efecto “careta”. Como siempre, aplico producto en el dorso de la mano  contraria a la que uso la brocha para aplicar la base, mojo la brocha en la base de maquillaje que he echado en la mano y aplico a círculos sobre el rostro, haciendo movimientos circulares y puliendo para conseguir el efecto homogéneo del que os hablo. Lo único que hay que tener en cuenta en este caso es que, como me tomo mi tiempo en pulir, debido a que la base que suelo usar en este caso es más densa, más pastosita, voy aplicando la base por zonas, para que no se seque en las zonas donde no estoy puliendo y por, tanto se oxide y quede “más oscura” o seca y cueste después más integrar en la piel. Por tanto, lo mejor en este caso es ir aplicando poco a poco la base de maquillaje y por zonas.

  • Brochas tipo ExpertFace de Real Techniques, de colorete de Mercadona, etc.: la verdad es que desconozco el nombre técnico de este tipo de brochas, pero reconozco que son, junto con la F80 de Sigma, de las que más uso cuando quiero acabados cubrientes. Además de las dos citadas, también tengo una de Sephora, pero vamos, que casi todas me funcionan casi igual. Me gustan mucho por su forma redondeada y no muy grande, que llega a cualquier zona y no se carga en exceso de producto, evitando, como en el caso anterior el efecto “careta”. La aplicación que le doy es exactamente igual que la anterior, pero estas brochas me dan la sensación de que no cargan tanto, de que distribuyen mejor el producto. Así que ya sabéis por cuál opto casi siempre a la hora de usar bases más cubrientes, pero mi piel no sufre de la necesidad de tapar demasiadas imperfecciones.

Y ahora que la teoría nos la sabemos…vamos a por lo más divertido del maquillaje, a mi parecer: a jugar!!!

Es más sencillo “jugar” con bases cubrientes para obtener un resultado natural que conseguir un efecto más cubriente con una base de cobertura ligera, ya que la base es la que es y no vamos a aplicarnos cien mil capas para obtener una pasta incómoda. Como ejemplo, os indico las “especifidades”

ESPECIFIDADES:

Bueno, pues ya sabemos lo que la teoría nos dice, pero y si, como es mi caso, no nos gusta el resultado tan empolvado y cubriente que deja, por ejemplo, la base Studio Fix de MAC? Lo que hice fue “mezclar” esa base de resultado cubriente con una herramienta de las que os indico que sirven para obtener un resultado natural: la BeautyBlender húmeda…y voilá! El resultado no deja de ser menos natural que si usamos una base de cobertura ligera, pero no queda tan cargado como si aplicáramos esta base con una brocha tipo lengua de gato, por ejemplo.

Lo mismo ocurre con las bases en crema. Suelen venir acompañadas de una esponja para su aplicación. El problema es que si estas esponjas no las mojamos, el efecto, a mi parecer es demasiado cubriente y eso provoca que no me encuentre cómoda. Pues para este tipo de maquillaje, lo que suelo usar es una brocha tipo mofeta y el resultado es mucho más ligero y natural. Eso sí, aplicando una única capa…

Una base de cobertura ligera que ofrece mayor juego es la Face&Body de MAC, ya que aplicando varias capas una vez seca la anterior, conseguimos mayor cobertura. Pero para ello, os recomiendo que utilicéis una brocha tipo F80, ya que si usarais una brocha tipo lengua de gato, al tratarse de una base tan líquida provocaríais que se marcaran mucho las líneas de las fibras.

La base Sculpt de MAC (cuya textura se asemeja a una mousse ligera) ofrece una cobertura media. Es entonces una de mejores bases, en mi opinión, para jugar, ya que aquí sí que dependiendo de la herramienta utilizada podréis ver cómo cambia el resultado. Aplicada con la BeautyBlender húmeda conseguimos un resultado luminoso y natural. Sin embargo, aplicándola con una brocha estilo buffer conseguiremos una mayor cobertura.

Mi recomendación es que juguéis con las bases que tengáis y las combinéis con diferentes herramientas porque así se abre un abanico de posibilidades teniendo en casa sólo un par de bases de maquillaje, y que invirtáis un poquito más en las herramientas, no sólo porque si son buenas a la larga os saldrá a cuenta por su duración, sino porque como veis os ahorrareis en bases de maquillaje y, quieras que no, eso me parece importante, que luego tenemos por casa (aquí me incluyo yo también) un montón de ellas abierta y luego nos entran las ansias de acabarlas para que no caduquen. Además, unas buenas herramientas facilitan muchísimo la aplicación del producto y, por tanto, se obtienen mejores resultados. De nada nos sirve tener 10 brochas baratas si al aplicar el producto nos pinchan o sueltan pelo o destiñen: al final no nos apetecerá usarlas y, de hacerlo, tenemos que andar retocando porque se nos ha pegado un pelo a la cara, nos han marcado líneas o dejan el producto mal asentado.

Para mí, lo más importante con el maquillaje, es divertirme, ya que es mi hobby, así que creo que es importante jugar con él, no encasillarse en lo que dicten las tendencias o la teoría. Y es así como salen nuevas tendencias, porque, a ver, todas recordamos la “regla de oro”, es que dice que si marcas mucho los ojos no marques los labios…y mirad cómo se ha puesto ahora de moda! Hay que saber hacer, por supuesto, pero una vez con las bases asentadas, yo propongo siempre jugar y no caer en el aburrimiento.

Y después de estas dos divagaciones mías, os dejo hasta la próxima semana!!

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