La Maison Heim fue creada en 1765 en Westhalten, en la región del Alto Rin. El nombre Heim mudó a Bestheim al incorporar los nombres de las localidades en las que la compañía posee viñedos y elabora varios de sus vinos. Actualmente Bestheim posee unas 700 Ha de viñedo, que engloban diferentes suelos y climatología, y elaboran una amplia variedad de vinos tranquilos y espumosos. La filosofía de trabajo de la bodega incluye intentar respetar al máximo el medio ambiente, interviniendo en el viñedo "sólo cuando es necesario", utilizando compost orgánico y manteniendo de forma sistemática la cobertura vegetal, así como favoreciendo la presencia de insectos autóctonos de los viñedos para luchar contra las plagas, siendo el uso de pesticidas muy bajo y realizando análisis periódicos que garantizan la total ausencia de residuos de estos productos en su producción. Además de en el viñedo, el compromiso medioambiental de la bodega se extiende también a sus instalaciones, con medidas como bodegas subterráneas con un techo cubierto de hierba que permite mantener una temperatura constante natural, revestimientos de madera para lograr el aislamiento, utilización de la gravedad evitando los sistemas de bombeo, uso de energías renovables para la calefacción y la luz natural siempre que sea posible, recogida selectiva y reciclaje de residuos, asociación con proveedores ecológicos comprometidos y la optimización de la política de compras para reducir el transporte al mínimo.
El portfolio de la bodega incluye Crémant d’Alsace, la gama Réserve (Sylvaner, Pinot Blanc, Riesling, Muscat, Pinot Gris, Gewurztraminer y Pinot Noir), la gama Alsace Grand Cru, una gama de cuvées especiales y vinos de viñedo único y una gama de vinos de vendimia tardía. Los vinos que hoy comparto pertenecen a la gama básica de la bodega, la gama Classic, vinos jóvenes destinados a un consumo mayoritario y con precios ajustados.
Bestheim Gewurztraminer Classic 2013 (AOC Alsace, blanco joven 100% Gewurztraminer, Bestheim) es un vino de color amarillo alimonado con reflejos pajizos y dorados pálidos. La nariz es de buena intensidad, floral, con lichis y frutas maduras. En boca es un vino frutal, de buena acidez, algo graso y con un punto dulzón. Un vino no muy complejo, pero agradable y rico, que se llevó bien con comida asiática.
Bestheim Riesling Classic 2014 (AOC Alsace, blanco joven 100% Riesling, Bestheim) viste de color amarillo pálido con reflejos verdosos. En nariz mostró inicialmente unas tenues notas de goma, para dejar luego paso a la fruta blanca (pera), jazmín, hinojo y recuerdos cítricos suaves. En su paso por boca notamos inicialmente un extraño deje amielado, que fue desapareciendo, y el vino se reveló seco, fluido, frutal, con una acidez secante y buen final. Nuevamente no es un prodigio de complejidad, y quizá podría haber evolucionado algo más si le hubiésemos dejado tiempo en la vinoteca, pero estuvo de lujo con unos quesos (especialmente con un queso blando de los Alpes bávaros), unas anchoas y... jamón ibérico.
Dos vinos básicos de la casa, directos, agradables y fáciles de beber, que podrían ser un buen acercamiento inicial a estas castas y esta región vinícola francesa.