Sobre el
final de la peatonal Córdoba se encuentra la plaza del Palacio Municipal y,
frente a ella, la Catedral de Rosario. Con un estilo típico de las iglesias
coloniales argentinas en su interior se pueden encontrar varios elementos que
ayudan a recordar el paso de Belgrano por la región y los años en que la
bandera se gestó como símbolo patrio.
La amplia cúpula de estilo barroco (igual a cualquiera de las que se encuentran en las más importantes ciudades del mundo) es la principal entrada de luz de la catedral y la que le otorga mayor expresión de grandeza al interior del edificio.
La mayor parte de los santos y los relicarios donde se encuentran exhibidos varios de los utensilios que se utilizan en la misa, así como otras muchas imágenes, datan de 1773, año en que la Catedral comenzó a funcionar como tal.
El altar principal fue construido en Italia y enviado por barco especialmente para la fundación de la catedral. Íntegramente de mármol de carrara y con un finísimo y elaborado trabajo de cincel exhibe algunos de los personajes más sobresalientes del culto católico.
Los coloridos vitreaux son uno de los elementos que más llaman la atención, no sólo por la originalidad de sus colores sino por los diseños poco convencionales para una iglesia de esas características. En la fotografía, por ejemplo, puede verse el original recorte de los pies de
Cristo sobre el cáliz donde reposa la sangre que luego, en el
sacramento de la Eucaristía, se convertirá en sangre.
Botafumeiro copiado del principal de la Catdedral de Santiago de Compostela
Vitreaux dedicado al momento en que el párroco Julián Navarro bendijo la bandera de Belgrano estando éste frente a la tropa. El de este vitreaux es un caso particular, ya que todos aquellos que se encuentran dentro de una iglesia o catedral responden a temáticas religiosas, cosa que no sucede con él.
El órgano de la Catedral se encuentra ubicado detrás del Altar principal y de frente a la cripta donde reposa la imagen de una Virgen María traída desde Cádiz en 1773. Actualmente funciona y es utilizado en contadas ocasiones para conciertos o diferentes actividades musicales relacionadas con la liturgia.