¡Basta de bromas! ¡Fuera nucleares!

Publicado el 28 marzo 2011 por Rgalmazan @RGAlmazan

Estamos todavía sin saber cuáles van a ser las consecuencias nefastas de lo ocurrido en la central nuclear de Fukushima y, sin embargo, vemos cómo todos los defensores de las nucleares, la mayoría de la opinión pública, en momentos difíciles como el que viven ahora, hablan de dilatar la decisión sobre la energía nuclear, de una necesidad de un debate sosegado, de no tomar medidas en caliente. Escondiendo bajo su piel de cordero, un lobo estepario de no te menees. Esperando que pase un poco la tormenta nuclear para posicionarse por esta “magnífica energía”, la de las tres mentiras, “barata, limpia y segura”.

Otra de las cosas que hacen es decir que como no entienden, que sean los físicos y expertos los que decidan. Pero, ¿qué va a decir un científico del Centro de Energía Nuclear o un tipo que tiene acciones eléctricas y ve en peligro su patrimonio? Aquí se evita siempre preguntar a los otros, y aunque a algunos les parezca mentira, también hay científicos que están en contra, pero a esos se les invisibiliza.

Trampas y más trampas para defender lo indefendible éticamente. Lo que sólo intereses bastardos puede mantener en pie.

Y, miren ustedes, mienten como bellacos, porque en este país la energía nuclear representa un 20% del mix-energético, o sea del total de la energía que se consume. Nadie espera que mañana se cierren todas las centrales nucleares. Pero, sustituir un 20% del total de la energía puede hacerse en unos años, incluso sin resentirse casi nada la economía, que parece que es lo que les importa a estos grandes gurús nucleares.

Hay algunos que no se esconden y defienden con argumentos peregrinos utilizar más la energía nuclear. Y es que es como si pidieras a un verdugo de Texas que no defienda la pena de muerte. O a un delincuente que se declare inocente, voluntariamente. No se puede pretender que una persona que vive de eso, sea neutral o que no declare en su propio beneficio.

Hay posibilidades reales de evitar la energía nuclear. Basta hacer un calendario de cierre de centrales nucleares –empezando por Garoña ya, que tiene más de cuarenta años de vida-- y un esfuerzo en inversiones en energías renovables. En todo caso, para empezar, deberíamos reducir el consumo de energía, utilizando la estrictamente necesaria. Estamos acostumbrados a consumir sin miramientos, y el primer ejercicio es disciplinarse y no desperdiciar energía. Acostumbrados a dar a un interruptor y que haya luz siempre, parece difícil para mucha gente pensar que la energía también es limitada, y que si queremos disminuir paulatinamente la nuclear, hay que empezar por controlar nuestro entorno.

Un consumo responsable es algo que hay que hacer entre todos. Pero no sólo de energía, hay que consumir menos de todo. Esa, junto con dedicar más medios a las energías renovables, es la clave para poder ir deshaciéndonos de la energía nuclear y de la que depende de fósiles, tan dañina para el planeta.

Y no es una cuestión de días, pero hay que empezar. Hay cosas que no se pueden aplazar. Un plan energético que vaya sustituyendo energías peligrosas y contaminantes por renovables es una decisión inaplazable. Cada vez queda menos tiempo, y, sin embargo, nuestros políticos siempre hablar de “hay que hacer” sin hacer prácticamente nada. No son capaces de entender lo que nos jugamos en el envite. Algo tan insustituible como este planeta, y con él, la vida , incluida la de los políticos negacionistas o intransigentes.

Salud y República