¡Basta ya de cantinelas!

Por Juanmarodriguez @juanmariarm

Publicado por juanmarodriguezcoaching el 14 de febrero de 2013 · Dejar un comentario 

Durante años crecí escuchando la cantinela de mis padres: “Estudia para que seas alguien el día de mañana”. Escuchar eso me llevaba a lanzarme preguntas. Sin embargo, mi ingenuidad infantil y deseos de mantener la calma familiar (por lo menos la mía) me llevó a asumir la razón que tenían mis padres con esas “sabias” palabras.

Cuando llegó el momento de decidir qué carrera elegir, empecé a escuchar una nueva cantinela de mis padres: “Escoge algo que tenga buena salida laboral”. Eran mis últimos años adolescentes y mantener la calma familiar era algo que me importaba poco (tampoco la mía) pero aún mantenía un embelesamiento casi obsesivo hacia la sabiduría paternal. Ello me llevó a elegir algo que me llamaba la atención y parece que tenía buena “salida laboral”.

Al tercer año, de iniciar la carrera decidí compaginarlo con un trabajo. Eso sirvió para escuchar una nueva cantinela por parte de los que se sentían en la obligación de llevarme de la mano: “Hijo, busca una empresa que te ofrezca un puesto fijo para toda tu vida”. 

Las cantinelas paternales, fueron siendo sustituidas por las de compañeros y amigos.

En los últimos años, recuerdo una muy popular: “Pues a mí, que me echen. Me voy al paro y me pongo a trabajar en lo que salga”.

Aunque la mejor, es la última: “¿Sabes una cosa? ¡Me voy a hacer emprendedor!”.

Hoy, con el paso del tiempo, tengo claro que:

  1. No necesitaba estudiar para ser “¿alguien?” en la vida.
  2. Trabajo en lo que me apasiona y no en aquello que me pueda “¿resolver?” económicamente la vida. Por lo tanto: “Adiós a lo que tenga salida laboral
  3. La estabilidad me paraliza, mientras que la flexibilidad, la adaptabilidad y el cambio me da la vida y me enriquece como persona.
  4. Para los que tienen ilusión y fe ciega en “Lo que salga”, lamento decirles que ya no existe. Ahora es lo que te “inventes”.
  5. Emprender como salida de un lugar, es un error. Emprender como deseo de llegar a construir aquello que sueñas, es lo que te motiva para levantarte por la mañana y saber que estás haciendo lo que te gusta y para lo que has nacido.

Espero que me perdonen. No me gustan las cantinelas.