Basura Espacial

Publicado el 12 noviembre 2018 por Carlosgu82

Bien sea que se trate de una película, un motor de búsqueda por internet, libros escolares o anuncios publicitarios, cada vez que encontramos una imagen de nuestro planeta Tierra, vemos su majestuosidad y su hermoso contraste entre azules y verdes, además de su imponente presencia en un fondo negro con innumerables estrellas. Sin embargo, estas representaciones gráficas no nos trasmiten un problema que es cada vez más acuciante: la basura o chatarra espacial.

Restos de cohetes, satélites en desuso, partículas de pintura y polvo, todo ello orbita alrededor del planeta. En 1991, un consultor de la NASA, Donald Kessler desarrolló un modelo en el cual infería que el volumen de desechos en el espacio sería tan alto que otros objetos en órbita serían impactados frecuentemente por estos restos, creando así más basura. En pocas palabras, un efecto dominó: mientras mayor sea el número de satélites que enviamos al espacio, mayor será la acumulación de viejos equipos y los escenarios de colisión crecerán exponencialmente.

Perfectamente podremos preguntarnos, ¿y eso en qué nos afecta? A fin de cuentas, dentro del planeta vivimos graves problemas socio-económicos y ambientales como para preocuparnos por lo que pasa afuera. Eso puede ser tema de películas de ciencia ficción como Gravity (Alfonso Cuarón, 2013) o mangas japoneses como Planetes (Makoto Yukimura, 2001-2004). Pero como bien ilustran ambas producciones, las colisiones no son un asunto insignificante, pueden poner en peligro la vida de las y los tripulantes de las estaciones espaciales internacionales o afectar severamente el funcionamiento de satélites con diversos propósitos (información geográfica, finanzas, telecomunicaciones).

En un mundo donde somos cada vez más dependientes de la tecnología y donde almacenamos fragmentos de nuestras existencias en “nubes”, una reacción en cadena de colisiones puede generar, en el más distópico de los escenarios, una falla de los sistemas de conexión satelital. Imagina ese día en el que olvidaste tu smartphone en casa y todo te pareció caótico. Ahora trata de pensar una situación similar a escala planetaria. ¿Inimaginable, cierto? Pero puede pasar.

Hasta el momento no hay una propuesta de solución efectiva para minimizar el problema y eso aumenta el riesgo y la probabilidad de ocurrencia de un caso como el descrito. Desde ‘liquidadores’, barredoras y/o aspiradoras de más de 4 toneladas, hasta rayos láser que vaporizarían o reducirían el tamaño de los desechos espaciales, todas las ideas son propuestas de proyectos o meras hipótesis. Es preocupante que en el corto y mediano plaza parece que nada podrá revertir la situación.

Modificando una conocida frase bíblica, podemos afirmar que así como contaminamos en la Tierra, también contaminamos en el cielo. Así que en una de esas noches en la que contemples el hermoso manto celeste cubierto de estrellas, recuerda que “allá arriba” también hay basura y que conforme pasa el tiempo el problema se hace más complejo.