Para el 9 de noviembre, unos 600 sobrevivientes de la gran caminata desde Boston a Quebec llegaron a Point Levis, al sur del río Lawrence. Pese al cansancio, Arnold ordenó inmediatamente cruzar el río, sin embargo, debido a una tormenta del día 10, se vio impedido y demoró el cruce durante tres eternos días. Después de eso lo consiguió y se colocó a unos 2 kilómetros de la ciudad y a pesar de estar en desventaja numérica exigió la rendición de la urbe enviando dos mensajeros, pero en un acto que puede llegar a desatar una vil carcajada, ambos fueron derribados por los cañones ingleses, la respuesta era sencilla: no se negociaría. Arnold a pesar de contar con pocas armas y municiones y sin ninguna pieza de artillería, no se amilanó.
Sabía que su desventaja era grave, por ende, bloqueó la ciudad por el oeste dando inicio así al asedio. El 18 la inteligencia colona descubrió que 800 británicos les caerían encima para romper el cerco, por lo que Arnold, más sensato movió a sus hombres unas 20 millas ríos arriba al llamado Pointe-aux-Trembles. En esos momentos Carleton, (británico) llegó a Quebec desde Montreal y empezó la verdadera organización inglesa en la ciudad. Dio la ley marcial alegando que ninguno hombre debía evadir las armas o sería considerado espía o rebelde y tratado como tales. A los que no tomasen las armas se les dio hasta cuatro días para marcharse y no volver más; estas medidas incrementaron las fuerzas inglesas a 500 más. Además, se reforzaron las posiciones defensivas y las fortificaciones, algunas muy débiles por cierto.
En el otro bando, recién el 2 de diciembre, Montgomery se une a las fuerzas colonas de Pointe aux Trembles, aportando unos 300 soldados, sumados a 300 de milicia que arribaron con el comandante Livingston y Brown, y todos juntos, antes de que los ingleses estuviesen mejor preparados, pues no le eran desconocidas las noticias de sus respectivos refuerzos, así entonces volvieron a la ciudad iniciando el sitio el 6 de diciembre, esta vez tenían la fortuna de contar con artillería. Montgomery volvió a repetir el procedimiento de enviar una carta a Carleton solicitando la rendición, esta vez usando una mujer como mensajera pero la oferta fue rechazada y la carta quemada, diez días después se intentó de nuevo, sin éxito.
Desplazando la artillería frente a la ciudad, Montgomery se percató que era en extremo difícil tomarla, tanto por la nieve y el frío, como por la artillería apostada, por ende el mejor momento debería ser durante la noche para así superar las murallas sin llamar la atención.
El inicio del asedio
Los problemas no dejaron de venir para los colonos pues el 27 de diciembre hubo una tormenta tan fuerte que les impidió atacar, además, un sargento de Rhode Island desertó e informó a los ingleses de los planes. Así, Montgomery se vio obligado a cambiar de plan inmediatamente y su nueva estrategia se basó en avanzar con dos ataques que engañarían a los defensores ingleses de las murallas de la zona oeste, cuando en realidad otros ataques se harían en otra parte de la ciudad, siendo liderado por el mismo Arnold el ataque verdadero, al norte: al sur iría Montgomery, luego se unirían ya dentro del pueblo para tomarlo. Este plan sólo fue expuesto a los altos militares. Entonces, el 30 de diciembre se inicia oficialmente el asedio, mientras 300 rebeldes se preparaban para marchar hacia el norte y al sur unos 600. Entre las 4 y 5 de la madrugada se lanzaron bengalas y se abre fuego contra la zona oeste de la ciudad. Tanto Montgomery como Arnold ven las bengalas y se dan cuenta que había empezado el plan, iniciando la marcha hacia sus respectivas posiciones, algo difícil debido al terreno dejado por la tormenta. Sin embargo, Montgomery llega primero a su objetivo e inicia al ataque contra unos edificios que estaban bien defendidos. El ataque fue sorpresivo y letal para él, pues resultó muerto de un tiro en la cabeza.
Inmediatamente, esto causa una severa desmoralización en los demás, siendo rematados por la espalda por los ingleses. Muy pocos retornan a la posición inicial. Ahora quedaba ver qué resultados ofrecería el ataque de Arnold. Este decide avanzar hacia el norte, desconociendo la muerte de Montgomery y el ataque fallido. Increíblemente, tiene cierto éxito y atraviesa las líneas británicas sin ser detectados al principio. Sin embargo, esto no podía ser eterno. Desde lo alto de las murallas empiezan a llover proyectiles sobre ellos y por la posición resultaba extremadamente difícil devolverles los disparos.
Arnold solicita moverse con mayor rapidez pero todo es en vano, las balas les llueven y son presa fácil, internarse en la profundidad de la ciudad parecía ilusorio. Perdido en sus pensamientos, Arnold es herido en el tobillo y en el cargo lo sucede Daniel Morgan. Morgan sugiere capturar una de las primeras barricadas de defensa, pero su avance por calles estrechas hacen difícil el movilizarse, si bien consiguen avanzar y lograr su objetivo de tomar la barricada, no pueden resistir mucho ya que el fuego de parte de los ingleses no disminuye en ningún momento. Los rebeldes ni siquiera pueden reagruparse y rearmarse en algunos edificios de los alrededores, los ingleses los martillean a todo momento.
No podían retroceder, tampoco avanzar, por lo que todos los soldados de Morgan se ven obligados a rendirse, para las 10 de la mañana la batalla estaba totalmente terminada, había sido un rotundo fracaso. Según Arnold se perdieron 30 vidas y fueron tomados 350 prisioneros. Muchas bajas más se encontrarían después. Los hombres sobrevivientes de Montgomery también sufrieron muchas pérdidas, alrededor de doce luego de que habían huído.
Los británicos, cómodamente registraron sus pérdidas en diez muertos y 14 militares heridos. Arnold, el único que quedaba en el campo de batalla, se negó a retirarse, a pesar de que contaba con una desventaja de 3 contra 1, además, las temperaturas glaciares hacían que la mayoría de los de su ejército desertaran por completo. Apenado, Arnold, tuvo que informar al Congreso de Filadelfia el fracaso, aunque aún así, se negaba a retirarse. Así empezó un inútil y hasta ridículo sitio a la ciudad, y decimos ridículo y vano pues no hizo mella ni la afectó, era meramente nominal. Su estrategia comenzó el último día del año 1775 y Carleton no hizo mucho ante este intento ya que presumía de contar con provisiones hasta mayo.
Arnold nunca se retiró por voluntad y mantuvo el sitio hasta marzo de 1776 cuando fue reemplazado por el general Wooster quien trajo refuerzos ante unas desgastadas tropas de Arnold que padecían hambre y frío. Con el pasar de las semanas serían reemplazadas parcialmente. Toda esperanza de revertir la situación para los colonos se desvaneció cuando el 14 de marzo Chasseur informó a Carleton que tenía 200 hombres al sur del río listos para actuar contra los americanos. Esos 200 y otros contingentes más fueron movilizados para atacar una posición americana en Point Levis la cual fue defendía por una milicia pro-americana que se hallaba al sur del río en la denominada Batalla de Saint Pierre.
Eso normalizó las cosas y todo el mes de abril de 1776 pasó sin mayores novedades, hasta que la llegada de nuevos y poderosos refuerzos ingleses del 6 de mayo cambió totalmente las perspectivas para los colonos quienes iniciaron una retirada final. Así fue la primera derrota para los colonos, aunque había que reconocer su inferioridad desde un inicio frente al enemigo, tampoco es bueno desmerecer a los ingleses, quienes esta vez sí estuvieron preparados para resistir y repeler al enemigo. No obstante una batalla estaba perdida, no la guerra, y los colonos no cambiaron de ímpetu, al contrario, sus fuerzas se renovaron por completo, aquellas que llevarían a realizar el sueño de construir la nación americana, es por ello que seguirían luchando.
Escrito por: Joaquín Toledo, especialista en historia del mundo, historia antigua y con amplia experiencia en investigaciones sobre conflictos bélicos.