Camaradas,
Sintiendo los ojos de todo Alto Mando del Ejército clavados en él, y en particular los del General Friedrich Paulus, enviado a Libia por Franz Halder para inspeccionar su liderazgo del Afrika Korps, Erwin Rommel desató a última hora de ayer el que espera sea el asalto definitivo contra la fortaleza de Tobruk. Rommel se engrandece ante los desafíos y, aunque se arriesgue a una importante pérdida de prestigio ante sus superiores en el caso de fracasar, también sabe que tiene una gran oportunidad para demostrar de una vez por todas que su tesis es la correcta y de que, en el caso de que el Afrika Korps reciba el apoyo que él reclama, los británicos podrán ser expulsados no sólo de Libia y Egipto, sino de todo Oriente Medio.
A las 19:00 de ayer, después de una jornada de intenso bombardeo por parte de la Luftwaffe y de la artillería, los australianos comenzaron a observar movimientos de tropas a unos 3.000 metros de Ras El Madauur, en el sector occidental del perímetro defensivo defendido por la 26ª Brigada Australiana. A la llegada del ocaso, estas unidades se lanzaron al ataque bajo la cobertura de un violento fuego de artillería y lograron atravesar las defensas británicas alrededor de los puestos defensivos S3 y S5. Con los ingenieros y la infantería alemana infiltrándose por izquierda y derecha, los puestos fueron derrotados uno a uno.
En ese momento, el General australiano Leslie Morshead al mando de la fortaleza de Tobruk tan sólo sabía que su línea estaba siendo sometida a un importante ataque, pero todas las líneas telefónicas habian quedado cortadas como resultado de los bombardeos y no podía saber más de momento. La línea telefónica entre el 51º Regimiento de Artillería de Campaña y su puesto de observación sobre la Cota 209 había quedado cortada a las 19:15 y quedado restaurada a las 20:45, dándole al operador el tiempo justo para decir “estamos todos bien” antes de volver a cortarse de nuevo. Al acercarse la medianoche, este puesto fue conquistado y para los australianos resultó muy difícil determinar hasta dónde habían logrado penetrar nuestras tropas.
Sin embargo, el ataque no progresa según los planes de Rommel. Al terminar la jornada de ayer, los Puestos SI3, S7 y S8 todavía se encuentran en manos de los tenaces australianos y muchas de las tropas de asalto proporcionadas por la 27ª División Motorizada italiana Brescia han fracasado en su objetivo de atravesar las líneas británicas por el lado derecho del 104º Regimiento alemán de fusileros, que acaba de llegar a África hace apenas dos días. “El enemigo lucha con notable tenacidad. Incluso los heridos continúan defendiendo sus posiciones”, ha escrito Rommel. El tiempo corre en su contra. Además, Morshead planea meter en liza a sus reservas acorazadas. El 7º Batallón del Regimiento de Tanques Reales, dotado de Matildas, ha sido trasladado de inmediato a Pilastrino, listo para intervenir, así como los carros blindados de dos unidades de Guardias y Húsares Reales. La 18ª Brigada Australiana ha dispuesto igualmente uno de sus batallones para intervenir en el caso de que la situación empeore y se produzca una brecha.
Leslie Morshead tampoco no las tiene todas consigo. A estas alturas de la campaña ya sabe que Rommel es un auténtico genio de la estrategia y un maestro en el engaño y las fintas, por lo que con él nunca se puede estar seguro de lo que es real y de lo que no. Por suerte para el británico, el día 1 de mayo ha amanecido con una espesa niebla sobre la Cota 209. Rommel ha sido informado de que la siguiente fase de la ofensiva sólo podrá seguir adelante si se toman los puestos que han quedado sin conquistar detrás de dicha cota y si se reorganizan los diferentes grupos de combate. A Rommel no le ha quedado otra opción que retrasar el nuevo ataque hasta las 08:00 de la mañana. A las 07:15 la niebla se ha aclarado y los puestos adelantados de observación británicos han informado de la presencia de tanques alemanes alrededor de Ras El Madauur. Primero han hablado de 30 a 40 y luego de 60. El reconocimiento aéreo de la RAF ha informado de grandes números rodando en dirección a la brecha. Y en efecto, a las 08:00 de la mañana en punto, Rommel ha lanzado a sus panzers al asalto. Las fuerzas acorazadas se han dividido en dos grupos, uno avanzando hacia el Wadi Giaida y las posiciones del 51º Regimiento de Artillería de Campaña mientras el otro trata de abrirse paso por detrás del los puestos del perímetro defensivo a la derecha de la ruptura. Si el primer grupo consigue una nueva penetración, la ciudad caerá para el mediodía. Schorm ha escrito en su diario la tarde anterior: “Bebo un vaso de Chianti con el comandante – nuestra última gota. En Tobruk hay más de esto, así que tendremos que reabastecernos allí.” Sin embargo, los australianos de la compañía del 24º Batallón del 2º Regimiento, con el apoyo de la compañía antitanque de la Brigada, desplegados exactamente sobre la dirección de ataque de los panzers, tienen otra idea en mente. Aguantando su fuego hasta el último momento, los cañones de dos libras en incendiado un panzer y han comenzado a acertar a otros con sus proyectiles, sólo para terminar aplastados por los panzer. La infantería australiana ha observado y esperado. Otro tanque alemán se ha detenido de pronto y ha empezado a regurgitar llamas y humo, entonces otro ha sufrido el mismo destino seguido de otro y otro más con las orugas hechas trizas y los ejes reventados. Leslie Morshead ha cazado a Rommel en un nuevo campo de minas.
La batalla se ha prolongado durante dos horas más, pero su resultado ya ha quedado decidido. Los panzers, detenidos en el borde del campo minado, han sido sometidos al castigo del 51º Regimiento de Artillería de Campaña y de la compañía antitanque de la 26ª Brigada y han terminado retirándose. Mientras esto estaba teniendo lugar, los puestos del perímetro han continuado luchando con feroz determinación. El duro trabajo de los zapadores australianos en convertir los fosos en puestos defensivos de 360º ha demostrado haber valido la pena. Los tanques italianos y alemanes se acercaban intentando someter a los defensores hasta el momento en que la infantería lanzase el asalto definitivo, pero estas batallas se han prolongado durante todo el día con muy pocos éxitos para las tropas del Eje, que aún así han logrado conquistar los puestos S5, S6 y S7. El S8, S9 y S10, han resistido. Ha llegado un momento en que los propios tanques de la guarnición británica se han visto en situación de intervenir, pero las máquinas británicas no son rivales para nuestros panzer y dos tanques Cruiser han quedado destruidos sobre el campo de batalla. Los Matildas se han retirado mientras Morshead planeaba su contraataque. Durante todo el día la artillería británica y australiana se ha esforzado en impedir que el Eje introdujera nuevos refuerzos y ampliase la brecha. Los Stukas han hecho de las suyas y han conseguido eliminar algunas de estas posiciones, pero no de manera decisiva y, muchas de las baterías Aliadas sólo han dejado de disparar cuando sus cañones se han sobrecalentado.
A primera hora de la tarde el General Leslie Morshead ya tiene una perspectiva clara de la situación: Rommel ha atravesado sus defensas y conquistado el punto más alto del sector, pero también parece que su avance ha quedado estancado. Morshead cree necesario lanzar un contraataque antes de que el Eje pueda consolidar este boquete en sus defensas y ha preparado a los Matildas del 7º Regimiento de Tanques Reales, pero ha debido enviarlos junto con los Cruiser del 1º Regimiento Real a defender los puestos R11 y R12, que están siendo sometidos a un nuevo asalto por parte de las tropas del Eje. Los tanques británicos se han visto en serios aprietos. Los panzer los han atacado por tres lados y en seguida han destruido dos Matildas. Otros dos Matildas y dos Cruiser han sido puestos fuera de combate, pero los alemanes no han podido mantener el ímpetu de su ataque y los tanques británicos, a pesar de haber sufrido más pérdidas, han resultado los vencedores tácticos. En realidad, Rommel cuenta con demasiadas pocas fuerzas y las ha estado sobreempleando tratando de obtener una victoria decisiva en un único golpe de mano. No está preparado, en cambio, para un combate prolongado y de desgaste, y al caer la luz han sido los alemanes quienes se han retirado.
No obstante, los británicos están profundamente conmocionados por la destrucción total de sus tanques Matilda, a los que creían indestructibles. Es probable que hayan caído víctima de piezas de artillería de 88 mm pero, sea cual sea el caso, ha terminado el reinado de su "Reina del Desierto." Los británicos, envalentonados, han organizado un contraataque que ha sido rechazado de manera sangrienta. Las tropas australianas no han podido acercarse más allá de 250 metros de su objetivo y han estado sufriendo bajas durante todo el trayecto. Morshead se ha visto obligado a cancelar el contraataque a las 21:30.
Sin embargo, al terminar el día de hoy, en lugar de encontrarse en el interior de la ciudad de Tobruk tal y como se había esperado, Rommel tan sólo controla tres millas de perímetro defensivo y unos 15 Puestos, su ofensiva de tanques ha sido repelida y la lista de bajas es francamente pavorosa. En un informe se ha descrito cómo las tropas del Afrika Korps han padecido grandes pérdidas en especial entre sus oficiales como resultado del fuego de la infantería enemiga, de la artillería antiaérea disparando desde numerosos búnkeres de los que no se tenía conocimiento y del fuego de las unidades de artillería británicas. Las bajas se han situado en torno al 50 por ciento y todavía más en algunas unidades. El fuego de rifle de los soldados australianos ha resultado más gravoso que nada de lo que los alemanes se hayan encontrado antes, así como su tenacidad. Lo peor de todo es que, de los 81 panzers que iniciaron el día, tan sólo 35 se encuentran en estado de funcionamiento al acabar el mismo.
Morshead ha apilado refuerzos en el sector para tratar de neutralizar cualquier esperanza que pueda albergar Rommel de que su Afrika Korps aún pueda explotar la brecha. Aunque los defensores australianos todavía no lo sepan, y a pesar de que la conquista de parte del perímetro defensivo pueda considerarse un éxito y un buen trampolín hacia la victoria, el intento de Rommel de tomar la fortaleza de Tobruk en un único golpe de mano, ha fracasado.
Es lebe das Deutsche Afrika Korps!
Es lebe Erwin Rommel!