Por lo pronto, Rajoy ha retrasado el nombramiento del candidato popular hasta el último minuto para mantenerlo en el Gobierno. Reúne así la doble condición de ministro y candidato, lo que le permite disponer de una tribuna gubernamental para hacer campaña electoral, un privilegio que deja a los demás contrincantes en inferioridad de condiciones, al no poder contrarrestar tan potente presencia mediática. La Junta Electoral Central está maniatada para impedir este abuso de poder por parte de un Gobierno que “apura” los plazos y se sirve de hechos consumados que no pueden ser revocados a tiempo, aunque sean denunciados.
Lo más probable es que la actuación de la magistrada durante este proceso no esté coordinada en el tiempo para beneficiar al Partido Popular, pero las múltiples coincidencias que dan esa sensación y esos resultados hacen despertar la curiosidad por ver qué sucede ahora con ocasión de las elecciones europeas. El personal está “mosca” aguardando la confirmación o el desmentido de este rumor, muy atento a las iniciativas de Mercedes Alaya, como si se tratara de otro frente en la pugna partidaria.
Precisamente, la falta de un periodismo de calidad e independiente es clara señal de un deterioro de la democracia en la sociedad de la que forman parte, pues sin prensa libre no se puede producir el debate franco y abierto del que se nutre la opinión pública. Cuando éste se cercena es que no interesa que haya democracia, sino otra cosa que persigue y amordaza la crítica e impide la participación ciudadana. ¿Tendrá ello algo que ver con los papeles de Bárcenas que demuestran “ayudas” del PP a la empresa Libertad Digital, de Federico Jiménez Losantos, y la ley antimanifestación que promueve Rajoy? Es pura coincidencia.
Lo cierto es que en Andalucía se libra una fiera campaña por los comicios europeos que no duda en utilizar cuántos instrumentos tiene a su alcance para conseguir el respaldo de los votos, sin que los candidatos ofrezcan aún ningún argumento ni promesa sobre lo que piensan hacer en Bruselas para defender los intereses de esta región y este país. Aún no se habla de lo que verdad importa y ya se mueven todos los hilos para “dirigir” la intención del confuso y vapuleado votante. Es todo un espectáculo digno de cualquier alumno de Maquiavelo y Goebbels.