Parece que éste tampoco será el año de linux en el escritorio, pero puede que sea el año de las renovables en nuestros enchufes. Hemos intentado muchas cosas, pero la tecnología actual hace que aún sea difícil conseguir que la energía sea cien por cien verde en la mayoría de países del mundo.
Un grupo de investigación holandés acaban de anunciar en Environmental Science & Technology Letters que han desarrollado la primera una batería recargable basadas en bacterias. Sí, en bacterias. Suena raro pero el futuro de las energías renovables pueden depender de ellas.
El problema de las renovables
Las energías renovables van ganando terreno poco a poco: hace unos días, nos enterábamos que Escocia ya produce más de la mitad de la energía que necesita gracias a energías renovables. Ya habíamos hablado de Uruguay y de otros tantos países. La energía renovable parece imparable pero su crecimiento tiene un gran problema.
Los países que basan su sistema energético en fuentes renovables en realidad se basan en la energía hidroeléctrica. Paraguay, Ecuador, Buthan o Lesotho no sólo pivotan sobre grandes presas hidrológicas sino que las exportaciones energéticas son una parte importante de sus economías. El 40% de las exportaciones de Buthan son precisamente ventas de excedentes de energía.
Y es que el mayor problema de otras fuentes de energía renovable como la solar o la eólica es que no son constantes: dependemos del viento o de la hora del día. Y esto, aunque no es un problema insalvable, dificulta mucho diseñar políticas de transición energética.