La verdad es que la etapa de Morri en Batman comienza de una forma realmente impactante: en una sucesión de acontecimientos rápidos, nos enteramos de que el Joker ha envenado al Comisario Gordon, y vemos que le ha dado una auténtica paliza a Batman con una barra de hierro que no puede dejar de recordarnos a la muerte de Jason Todd en Una Muerte en la Familia, tantos años atrás. Y cuando aún no nos hemos repuesto, vemos que Batman saca una pistola (¿Batman una pistola? Ey… ¿qué está pasando?) y le pega un tiro en la cabeza al Joker. Bien. Debo reconocer que, ya hace años, cuando vi esta escena, me quedé absolutamente en shock. Era una idea que yo mismo he barajado (y defendido) docenas de veces. Y de pronto, Morri lo hacía. Pronto descubrimos que no es así, que ese no es Batman, sino un policía disfrazado de él, y que el Joker sigue vivo, aunque malherido. Y en el callejón, vemos una pista de lo que se nos viene encima, lo tenemos en las pintadas de las paredes, en las que podemos leer Zur-En-Arrh, un texto que se convertirá en repetitivo en los siguientes números. El Batman de Zur-En-Arrh es una creación del guionista France Herron, y apareció por primera vez en Batman 113 (1958), siendo la identidad de un ser extraterrestre llamado Tlano, procedente del planeta Zur-En-Arrh. Este Batman colorista había quedado olvidado y fuera de continuidad… Pero aquí tenemos, en las paredes de un callejón, el nombre de ese antiguo planeta.
En las siguientes páginas, vemos que Bruce Wayne recibe instrucciones tanto de Alfred como de Tim, ambos le aconsejan que dedique algo más de atención a su faceta de Bruce y deje a un lado la de Batman. No podemos olvidar que esta historia transcurre exactamente tras Un Año Después, historia en la que junto a Harvey Dent, y tras la búsqueda de sí mismo que Bruce lleva a cabo en 52, Batman ha dejado Gotham prácticamente limpia de criminales, así que ha llegado el momento de que Bruce Wayne salga un tiempo a la palestra. Y decide hacerlo acudiendo a una gala benéfica en Londres, gala que marcará el futuro de la serie, y de nuevo, en su ambientación, nos retrotrae al Batman más pulp. La decoración de la gala se basa en cómics antiguos, y se hace un gran uso de las onomatopeyas, lo que recuerda a la serie televisiva de Batman protagonizada por Adam West. En la fiesta, Bruce ejerce de playboy y conoce a una modelo internacional, Jezebel Jet (amén de otra media docena de cazafortunas, por supuesto), implicada en la fundación por África y que parece no caer de inmediato en las redes de Bruce. Pero a pesar de tener un nombre perfectamente eufónico, su propio nombre nos debería hacer desconfiar de ella. Jezabel es la mujer mala de la Biblia por antonomasia, la esposa del rey Acab, responsable de permitir la instalación en Israel del culto fenicio de Baal y de llevar a los israelitas a la idolatría y la corrupción. Se enfrentó a Elías, profeta elegido por Yahveh, que se convertiría en el principal enemigo de la reina, que continuaría gobernando Israel incluso tras la muerte de su esposo, a través de sus hijos Ahaziah y Jehoram, al que ordenaría asesinar a pesar de ser su propio hijo. El asesino, el sirviente Jehu, se enfrentó luego a Jezabel, en la llanura de Jezrael. Sus eunucos la defenestraron, arrojándola por una ventana, y los perros devoraron su cadáver. Ese es el origen del nombre del nuevo interés romántico de Bruce…
Pero la fiesta se complica cuando es tomada al asalto por un pequeño ejército de hombres murciélago ninja. Así, como suena. Y es que Talía al-Gul ha conseguido el suero que convierte al doctor Kirk Langstrom en Man-Bat y se lo ha inyectado a varios de sus ninjas de la Liga de Asesinos. Batman se enfrenta a los atacantes, pero Talía consigue secuestrar a la esposa del primer ministro británico, al tiempo que deja a Batman un sorprendente regalo: su hijo, Damian, un nombre también cargado de sentido. No podemos olvidarnos de que la saga en la que Bruce conoció a Talía (y donde según parece fue engendrado Damian) se llamaba El Hijo del Demonio, y Damian es el nombre precisamente del Anticristo, el Hijo del Demonio, en la película “La Profecía”, dirigida por Richard Donner en 1976, un auténtico icono del cine de terror. Damian se convierte en un regalo envenenado para Batman, ya que se trata de un niño que ha sido educado por la Liga de Asesinos… con todo lo que ello representa. Damian trata de inmediato de ganarse lo que él entiendo por el afecto de una figura paterna, y lo hace tratando de eliminar a su competidor más directo (Robin) y ayudando a su padre en una misión, acabando con la vida de El Fantasma, ante la sorpresa del propio Batman, que se da cuenta de hasta qué punto se ha desviado la educación de Damian. Pero aún queda pendiente el asunto de la esposa del primer ministro, y Batman no la ha olvidado.