De regreso a Gotham, Batman se enfenta a un individuo que tiene su misma imagen pero que es malo malote. En estos capítulos, Batman se sumergirá en sus propios infiernos y tendrá que lidiar con ellos (este tema de Batman y sus fantasmas de la infancia-personales empiezan a cansarme un poco). Detrás de este enigmático personaje (que no es enigma) se esconde el psicótico Doctor Simon Hurt y la banda mafiosa del Guante Negro.
La verdad es que la banda del Guante Negro es algo que no me quedó muy claro, debido al estilo de Morrison de dar saltos en el tiempo y dejar cosas a medio explicar, algo que en ocasiones sale bien, pero en este caso creo que no atinó. Dejar al lector con dudas puede resultar normal cuando esas dudas se reducen a aspectos secundarios de la trama pero cuando tienen que ver con acontecimientos de la trama principal me dan una rabia... En fin, no es que sea un cómic malo por que no lo es, pero creo que le falta algo, no se, no pasará a la historia de los mejores cómics. El dibujo es bastante bueno, hay algunas imágenes de Batman que están muy bien, sobre todo, los covers del final.