El rock gótico que destila Bauhaus más bien podríamos decir que es punk gótico. Esta formación, por lo general, es mucho más enérgica y corrosiva en sus maneras musicales que por ejemplo el grupo de Robert Smith, que salvo en ciertos pasajes de “Pornography” y la canción “Doubt” del anterior “Faith” (contemporáneo del disco que escogemos de Bauhaus para hoy, año 1981), enfocaban lo oscuro desde el siniestrismo y la depresión. Al escuchar un disco de Bauhaus, y en particular este “Mask”, que fue su 2º trabajo editado en 1981, la sensación principal que te queda es la de intensidad y arrojo, más allá del tono negro y oscuro de sus texturas, algo que se aprecia ya en las 2 primeras composiciones.
Aparte del carismático cantante Peter Murphy, líder y guitarrista además del grupo, junto a él estaban el guitarrista Daniel Ash, David Jay al bajo y Kevin Haskins en la batería, formación clásica y perenne del grupo siempre que estuvo en activo, ya que en su reunión de 2008 también estuvieron los 4 en el ajo. Pasemos al análisis del disco que estos 4 editaron en 1981.
Ya con “Hair of the dog”, primera canción de “Mask”, se ve esa crudeza de las líneas de las guitarras y el carácter agrio y corrosivo de las melodías. Peter Murphy demuestra su principal y más característico registro vocal, que no es otro que en el que se presenta con sumo arrojo y cierta aceleración. Resulta muy característica esta “Hair of the dog” del disco, ya que aúna 2 de las principales marcas de estilo de Bauhaus, que son por un lado el toque punk por la energía de la melodía y por otro lado el regusto oscuro que hace que el grupo esté asociado a las vertientes góticas. Muy en la línea de la canción de apertura, pero con un halo de clásico de la discografía de Bauhaus, llega “The passion of lovers”. Directa, contundente y quizás la canción que más claramente haya quedado para el recuerdo del disco que hoy nos ocupa. Murphy sigue mostrándose contundente y voraz al micrófono en la 2ª canción del disco, pero sin embargo nos dejará un poco a cuadros en “Of lilies and remains”, 3ª composición de “Mask”. Y es que en “Of lilies and remains”, Murphy más bien recita o narra, con bastante contención, aunque en la parte final hace gala de alguna exageración vocal que resulta algo cómica dentro de este tema de melodía acústica y con notas discordantes que van marcando el paso cual segundero. En “Dancing” se vuelve a la energía rockera y al avasallamiento en ciertos momentos, para seguir echando leña a la línea dura del disco. Sin embargo, “Mask” no es un ejemplo de intensidad sin fisuras, y el tenebrismo también se consigue con otros instantes más lúgubres y nebulosos como es “Hollow hills”. Esta canción no necesita de mayores artificios para crear una atmósfera oscura y decadente, en la que los coros hacen las veces de almas en pena a Murphy y la línea del bajo tiene una importancia notable para dibujar un tema que gustará mucho a los seguidores de los The Cure precisamente contemporáneos a este disco, ya que en esos días Smith y los suyos lanzaban aquel gris disco (en todos sus aspectos, visto ya desde la portada) “Faith”, en el que “Hollow hills” no hubiera desentonado para nada junto por ejemplo a “Other voices”. Single también fue “Kick in the eye”, que más bien se sitúa en la parte más desenfadada de la obra y que basa gran parte de su gancho rítmico en la repetición del título que tiene. Con la siguiente canción el grupo va a seguir moviéndose en un sector vagamente amable.
Con este 2º trabajo, Bauhaus se siguió postulando como uno de los grupos de rock gótico, que heredaron en parte el sentir que desprendían los Joy Division de Ian Curtis, y en cierta manera, tanto por el arrojo e intensidad de Murphy a las voces, como por sus melodías, son el grupo que más cerca de los de Ian Curtis se podrían situar.
La portada, diseñada por alguno de los componentes del grupo, según tengo entendido, muestra unos bocetos de figuras nada claros y que destilan cierto mal rollo. Y en parte podríamos decir que es bastante apropiada, ya que el desasosiego que transmite “Mask” en líneas generales podría estar ciertamente bien representado por su portada. Bauhaus no superaría la 2ª mitad de los 80, y tras un par de lps más, con interesante material en su interior, y que también regalarían su mayor clásico en forma de canción individual con “She’s in parties”, el grupo se disolvería para una puntual y extraña reunión para nuevo disco y nueva gira hace unos años atrás.
Lo que está claro es que Bauhaus sí que puede considerarse como un grupo de culto. Junto a compañeros de género musical en mayor medida como Siouxsie And The Banshees, y ya no digamos The Cure, su repercusión mediática es bastante menor. Poca gente les conoce y hay que reconocer que es un grupo al que cuesta cogerle el punto; no les diré más que a un seguidor de The Cure y admirador de sus obras más siniestras como soy yo, le costó en su día cogerle el punto a Bauhaus, ya que conocimiento del mismo tengo desde finales de los 90. No obstante, se les termina de coger el paso y merecen la pena y mucho.
El disco que hoy nos ocupa, me ha servido de compañía en muchos momentos desde comienzos de año en mis escuchas en mi reproductor mp4, básicamente porque cada vez soy más vago para renovar su contenido, pero en todo caso le ha venido muy bien a estos primeros meses de año, que normalmente suelen ser tan grises y decadentes como muchos pasajes de “Mask”. Como Bauhaus tienen otros 4 discos, tengan por seguro que volverán a pasar por aquí y les advierto que si seguimos con nuestro programa de radio, este “Mask” será objeto de análisis.
Esta semana podrán escuchar en RUAH a las 23.00h y en &radio una hora después el estreno del programa que dedicamos en nuestra 3ª temporada a Simple Minds y su disco “New Gold Dream (81/82/83/84)”. Presten buena atención, ya que será uno de los últimos programas que en individual y en solitario haré para la radio hasta nueva orden. De aquí en adelante y en posibles futuras temporadas, los coloquios musicales, con más o menos tertulianos, serán la tónica general. Estimo que son más entretenidos para ustedes, lo cual también es una muestra de que tampoco me gusta ser excesivamente protagonista y me lo paso mejor compartiendo micrófono con otras voces tan expertas como yo, o incluso más sabias en los temas que tratamos.