Revista Religión

BAUTISTA, Mateo Parábola del Hijo Pródigo y nosotros 2023

Por Joseantoniobenito

BAUTISTA, Mateo Parábola del Hijo Pródigo y nosotros 2023

BAUTISTA, Mateo Parábola del Hijo Pródigo y nosotros (Verbo Divino, Cochabamba, 2023, 196 pp)

Recibí el manuscrito del P. Mateo en un tiempo revuelto y convulso para nuestra patria, especialmente para Ayacucho, Arequipa y Puno.

Cuando leía y releía la entrañable parábola contextualizada histórica, pastoral, espiritualmente no podía por menos de imaginar al Cristo del Muro de Pachacamilla, el Señor de los Milagros, como el gran Padre del Perú  que nos regala generoso un hermoso jardín de variadas regiones, con sus brazos abiertos de par en par en la cruz siempre enhiesta del muro, amando como Espíritu Santo, siempre dador de vida. Con el sol y la luna, acompañado de la Magdalena, hija pródiga retornada y María, siempre virgen, siempre Madre.

El Icono del Señor de los Milagros no necesita relato, pinta por sí mismo la más bella de las parábolas. Y vemos al Padre con sus dos hijos, el menor derrochador y pecador en la acción, y el mayor calculador y también pecador en la omisión.

En el muro el Padre amoroso, fundido en amor clavado a impulsos del Espíritu, no corre le basta con abrazar, amar, perdonar a paso firme de buen cristiano para hacer grande nuestro Perú.

Me gustaría unir la mayor devoción de nuestra patria como una expresión iconográfica de la más bella de las parábolas cual es la de san Lucas, magistralmente comentada por mi buen amigo y paisano "charro" (salmantino), el P. Mateo Bautista. Natural de Alba de Tormes, sin duda que ha aprendido de Santa Teresa de Jesús a poner los ojos en el Crucificado, en su misericordia. Su vocación al servicio de los enfermos tanto por tierras de España como de Argentina y de Bolivia le ha traído hasta nosotros como misionero en plena pandemia. Agradecemos su generoso ministerio al servicio de la pastoral del duelo, de la donación de sangre, gracias a sus libros, sus programas de radio, su presencia misericordiosa.

Estamos en vísperas del Bicentenario patrio, recordando el singular momento de la independencia en Ayacucho, 1824. Que este libro sirva para adentrarnos de lleno en el corazón del Evangelio, la Misericordia, a través de la entrañable parábola del hijo pródigo.

Nuestro Papa Francisco gusta de titular sus escritos con términos relativos al "gozo" y la "alegría". Su escudo papal se basa en la honda experiencia de saberse elegido y misericordiado.

Esta Cuaresma la he vivido al ritmo de su sabrosa lectura. Son 55 capítulos, de dos a cuatro páginas cada una que ensanchan la razón, abrasan el corazón, pacifican el alma y renuevan todo nuestro ser. Culmina la obra como nos tiene acostumbrado con su medio centenar de libros escritos con dos decálogos que sintetizan el contenido y nos interpelan para vivir lo leído; el primero acerca de la parábola en sí y el segundo para "el trabajo personal/comunitario".  ¿Recuerdan cuando en catequesis terminábamos en "estos diez mandamientos se encierran en dos"?  Termino compartiéndoles sus dos últimos que de algún modo "encierran" el decálogo y hasta el libro; lo hago como adelanto y con el fin de abrirles el apetito de tan rico menú espiritual, de modo especial en este tiempo Cuaresmal y de Semana Santa:

"9. Aquí hallamos las claves de la pura conversión: volver al Padre (como auténticos hijos), estar en la casa del padre (con alegría, sentido de pertenencia y comunión fraternal) y trabajar con libertad, amor y responsabilidad en las cosas del padre (como una tarea propia).

10. Todos estamos llamados a una genuina conversión, eliminando el espíritu fariseo (meritócrata y legalista), farisaico (hipócrita), viviendo una pulida filiación y una compasiva fraternidad con todos los hombres, de la mano de nuestro auténtico Hermano mayor, Jesús, en el amor del Espíritu Santo, para parecernos cada día más al Padre, siendo misericordiosos como Él lo es" (p.194.

El P. Mateo nos recuerda cómo Jesús se alegra con los que gozan. Sólo Lucas hace notar que, al retorno de su viaje apostólico, los discípulos «regresaron alegres» (10,17). Que la lectura del libro que tengo el gusto de presentarles se convierta en un momento de gozo y de encuentro, de alegría y compartir. Y ¡gracias a Verbo Divino de Bolivia y San Pablo de Perú por tan oportuna iniciativa!

José Antonio Benito


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