Si en las revueltas en el mundo árabe, las redes sociales en general, y Twitter en particular, jugaron un papel clave, en el Reino Unido, sorprendentemente, juegan un rol secundario. Al parecer, la mensajería móvil y las redes sociales son el vehículo principal a través del que miles de jóvenes se organizan para protagonizar los actos vandálicos en diversos barrios de Londres. Aunque también los ciudadanos que quieren retomar la tranquilidad en sus calles alzan su voz en las redes sociales y se organizan, por ejemplo, a través del #riotcleanup en Twitter para literalmente limpiar las calles tras los disturbios.
En un primer momento, la Policía británica culpó a Twitter como el medio a través del que se incitaba a los jóvenes a unirse a los disturbios, mientras que las últimas investigaciones apuntan a los teléfonos BlackBerry y su mensajería interna (BBM) como la principal herramienta de coordinación entre los alborotadores.
El principal problema, como bien sabemos, es que estos mensajes están codificados, por lo que sólo son inteligibles para su receptor y resulta difícil para la Policía rastrear al autor origina. Reach In Motion, para mostrar su buena disposición, anunció a través de su Twitter en Reino Unido que está en contacto con las autoridades británicas para prestar la ‘asistencia’ que sea necesaria. (Me pregunto, ¿hasta qué punto eso no vulnera la privacidad del usuario?)
Realmente, echarle la culpa a los dispositivos móviles de BlackBerry es absurdo. Sobre todo teniendo en cuenta que se crearon pensando en otro público: el empresarial. Motivo por el cual se incluyeron mecanismos de seguridad muy por encima de lo habitual. Tanto que incluso los gobiernos no pueden acceder a los mensajes que envían sus ciudadanos y ya, el año pasado, puso en alguna situación delicada a la compañía canadiense con crisis con India o con los Emiratos Árabes.
Enlaces de interés:
‘Tecnología, represión y revueltas: cómo se llegó al ‘estilo inglés’, blog de Enrique Dans.
‘El fuego de Londres acaba con el principal almacén de música independiente de Reino Unido’, El País.