Sin entretenerme más os dejo con el comienzo de la que será mi segunda incursión en la obra del escritor gallego.
Está arriba, en la galería, escuchando a los mirlos. Carlos Sousa, el periodista, dijo gracias cuando ella lo invitó a pasar con el gesto de una sonrisa. Sí, gracias, pensó mientras subía la escalera, a la puerta de cada casa debería haber dos ojos como ésos.