BBF#105
Como ves, también empieza fuerte. De momento, no me está resultando tan duro como Entre tonos de gris pero lo estoy disfrutando mucho. Ya te contaré qué tal acaba. Nos seguimos leyendo.
Mi madre es una prostituta. No de esas rastreras que hacen la calle. La verdad es que es muy guapa, habla bastante bien y viste ropa bonita. Pero se acuesta con hombres a cambio de dinero o regalos, lo cual, de acuerdo al diccionario, la convierte en una prostituta. (“El color de los sueños”, Ruta Sepetys)