¿Qué tal os ha ido ese festivo entre semana? Seguro que estáis con las pilas renovadas aunque solo haya sido un día. Y si tenéis puente, ya ni os cuento. Yo tengo que trabajar, aunque solo hasta las 3, pero creo que todas las semanas deberían ser así: con un ligero descanso para no llegar al viernes muerto de agotamiento y sin ganas de nada. Ahora mismo (las 6.30 mientras escribo) no tengo muy claro si me ha sentado bien el festivo o no, porque madrugar así duele de todos modos.
No sé si ese fin de semana leeré mucho o poco, pero ahora mismo tengo entre manos un libro de relatos, Al otro lado del cristal, del que aún me quedan 300 páginas. Lo que empezaba con un relato muy corto me ha ido llevando a cuentos cada vez más largos, casi novellas. En concreto, en el que estoy ahora ronda las 200 páginas, aunque solo he llegado a las 50 primeras. Pero lo que os voy a dejar ahora son las primeras líneas de esta edición, con las que abre la primera historia:
Y decían que llovería. ¡Ja! —decía Max sin dejar de cavar con energía. Aunque igual le hubiera valido que su viejo compañero de andanzas no hubiera estado allí con él, pues siempre le daba por parlotear sin parar cuando se sentía nervioso; es decir, viniendo de Max, la viva imagen de la parsimonia hecha carne y huesos, casi nunca.
El relato se titula La pala y es bastante corto e interesante. Lo siguen otros, entre ellos el que da nombre al libro y que supone una interesante visión de supervivencia en el fin del mundo. Por lo que llevo leído hasta ahora, casi todos ellos incorporan una dosis de fantasía (imaginación o ensueño, llamadlo como queráis) bastante importante. Y me están gustando, vaya que sí.
Es bastante posible que me dure todo el fin de semana, visto el ritmo que llevo últimamente cuando estoy en casa. Pero por si acaso, tengo preparados algunos otros de mi programación de mayo.
Y ahora contadme ¿Qué habéis elegido vosotros para vuestro fin de semana?