Otra vez he pasado la semana desaparecida. Un par de comentarios en Twitter, dos o tres emails contestados y ni una sola entrada. Será que la primavera me afecta y me deja sin ganas de escribir… ¡pero no de leer! Porque si el mes pasado me quejaba de no haber leído apenas, en lo que va de mayo ya puedo decir que me siento realizada. Y si vuelvo a escribir esto sobre la marcha es porque no tenía muy claro que programar.
Ayer por la tarde empezaba el último tercio de La confesión de Constanza, y aunque en volumen era relativamente bastante, tenía la sensación de que no llegaría al día siguiente. Y efectivamente, no llegó. Así que justo esa misma noche tuve que buscarme otro que lo sustituyera, a ser posible que no fuera tan adictivo porque ya era tarde y yo madrugo mucho. La solución fue fácil: Historias para leer a medianoche. Al tratarse de un libro de relatos, la trama se cierra rápido y no te impide dormir.
Os dejo las primeras líneas, como siempre:
No había vuelto a Glastone Heights desde que Eleonora falleció. Ayer regresé con la intención de darle un último adiós antes de deshacerme de la casa, pues estaba decidido a vender el que había sido el hogar de mis antepasados durante varias generaciones. Cuando Geoffrey detuvo el carruaje a la entrada de la mansión, mi determinación se hizo más firme.
El relato se llama Eleonora, y tiene un corte muy clásico al estilo gótico-victoriano. Es evidente por el título de la antología que se trata de historias de terror, o al menos de misterio… de esas que se susurran por la noche, en penumbra.
Pero como es algo corto y ya llevo leído un cuarto en apenas un suspiro, también he preparado otro para el fin de semana. El elegido será Caminarán sobre la tierra, de Miguel Aguerralde, que lleva tiempo esperando en mi estantería. Y la verdad es que ya le tengo ganas….
Así que os dejo para seguir con mis lecturas, y quizá también alguna hora de sueño extra. Pero antes contadme, ¿Qué vais a leer vosotros este fin de semana?