Supongo que con solo ver el título ya sabéis de que libro se trata, parece que la blogosfera esta inundada con opiniones, pero yo me confieso lectora de novela erótica, me gusta el género y la elegancia que destila de algunas plumas, y aunque lo tengo bastante abandonado porque no siempre se encuentra en bibliotecas, nunca le hago ascos cuando una buena oportunidad se me pone a tiro.
Así que cuando Laky me avisó de que había un concurso en facebook no dudé en apuntarme, aunque no suelo tener mucha suerte en ese tipo de promociones. Sin embargo no hizo falta que el azar jugara a mi favor en la red, porque la editorial me lo ofreció días más tardes, y más feliz que una perdiz acepté sin dudarlo. Tengo que reconocer que el libro tardó un poco en llegar y que pensé que ya no lo haría, así que cuando aterrizó en mi casa, aún a sabiendas de lo que contenía la caja, lo abrí como una niña abriría un regalo el día de su cumpleaños.
Como os dije en la anterior entrada, he tenido muy poco tiempo y tantos compromisos que el libro ha descansado pacientemente en su estuche hasta el lunes pasado. El domingo liquide La abuela Lola, mi última participación por el momento en una lectura conjunta, y aunque mis estanterías están repletas de libros durmiendo el sueño de los justos, me decidí por aventurarme en la novela de la que hablaba todo el mundo.El lunes tuvimos comida de mamis en un complejo acuático, a lo mejor el nombre queda muy grandilocuente para una piscina con tres toboganes, pero de alguna manera le tengo que llamar. Y como es normal en mí me llevé la lectura detrás. La deje sobre la toalla y a otra mamá lectora se le abrieron los ojos como platos. Wauuuuuuuuuuuuuu lo has sacado de la biblio? es que yo lo quiero leer, buffffffff creo que me hinché cual pavo real, cuando le comenté que era mío y acto seguido se lo ofrecí cuando yo terminara con él, y ella huelga decir que aceptó más que encantada...
Pero alrededor de este libro se me están acumulando las anécdotas. Mi marido se confiesa alérgico a los libros, le dan sarpullidos y tiene sueños de lo más extraños, los libros son caníbales que quieren comérselo a toda costa. Es raro ver a mi chico acercarse a un libro, ni siquiera para quitarlo de encima del sofá, así que me extrañó mucho cuando se lo vi en las manos. Casi pensé que mi marido se había vuelto loco, pero la verdad es que tenía curiosidad desde que vio lo que contenía la caja, y la verdad es que no lo culpo. Ahora se pasa la vida preguntándome con que intención leo el libro, porque se ve que lo ha ojeado y le ha dejado un poco en estado de shock, aunque yo todavía no he llegado a esas partes o eso creo... de momento no me ha escandalizado nada.
Ya habréis adivinado el libro aún así, os dejo la ficha técnica
Título: Cincuenta sombras de GreyAutor@: E.L. JamesEditorial: GrijalboNº Páginas: 541
Comienza así:
Me miro en el espejo y frunzo el ceño, frustrada. Qué asco de pelo. No hay manera con él. Y maldita sea Katherine Kavanagh, que se ha puesto enferma y me ha metido en este lío. Tendría que estar estudiando para los exámenes finales, que son la semana que viene, pero aquí estoy, intentando hacer algo con mi pelo. No debo meterme en la cama con el pelo mojado. No debo meterme en la cama con el pelo mojado. Recito varias veces este mantra mientras intento una vez más controlarlo con el cepillo. Me desespero, pongo los ojos en blanco, después observo a la chica pálida, de pelo castaño y ojos azules exageradamente grandes que me mira, y me rindo. Mi única opción es recogerme este pelo rebelde en una coleta y confiar en estar medio presentable.
Quién no ha vivido alguna vez esta situación?, para mi la verdad es que es muy pero que muy cotidiana, y la coleta se ha convertido en mi peinado de diario. La verdad es que al leer este párrafo no he podido más que sonreír al recordar la experiencia de Yolanda, Moreno sister en ciao, con su nuevo secador. Ya ves wapísima vas dejando huella con tu forma de escribir.