Be Chocolat

Me atrevería a decir que el chocolate es una apuesta poco arriesgada. ¿A quién no le gusta?. Seguramente, como las meigas “habelos, haylos” pero tienen que ser, más que una minoría, una excepción. Eso no quiere decir que todos los chocolates sean buenos y se mezclen con otros ingredientes en la justa medida para conseguir las mejores combinaciones.

Hoy os vamos a hablar de eso, de chocolate. De su elaboración artesanal y de la búsqueda de la sorpresa que pretende convencer al más reticente.

Callejeando por el centro de Barcelona, nos llamó la atención un nuevo local abierto desde hace unas semanas: Be Chocolat. Es pequeño y con las puertas abiertas de par en par, quizá por eso llama la atención. No hay barreras que te impidan entrar. Puede ser que sea un pequeño truco “marketiniano” o lo hagan para compensar la estrechez y poca luz de la calle Banys Nous 17, pero funciona. Unas luces estratégicas resaltan una exposición muy cuidada de sus delicias de chocolate. La curiosidad se impuso, así que entramos, preguntamos y obtuvimos toda la información posible para poder compartirla con vosotros.

Michel Clement, maestro chocolatero de origen Belga y fundador de las cadenas Le Petit Plaisir y Chocolat Factory, junto con su mujer Titus Ruiz son quienes inician esta aventura en la primera tienda Be Chocolate en Europa. Ya existe en Bali y para su proyecto de expansión eligen Barcelona. Su experiencia y formación en el mundo del chocolate les avala y les empujan a seguir trabajando este producto tan universal. En este caso, el modelo se basa en la venta de chocolates elaborados con cacao de diferentes procedencias a granel.

El Cacao de Sao Tome (África), Java (Indonesia), Arriba (Ecuador) son los que básicamente utilizan, normalmente escogidos de una sola plantación de cada lugar. Podemos encontrar piezas estos chocolates según el porcentaje de cacao utilizado desde el más intenso 80% hasta el chocolate blanco, que realmente solo lleva la manteca del cacao, pasando por el Chocolate negro (del 54 al 80 % de cacao) y el chocolate con leche (menos del 54 % del cacao) en piezas de 50 gramos llamadas Slabs. De esta forma se pueden degustar un muestra de las distintas intensidades del chocolate sin ningún ingrediente más.

Pero hay mucho más que las Slab. Aquí es donde la creatividad y el oficio de Michel Clement entran en juego: mezcla de ingredientes, búsqueda de formas, nuevas elaboraciones y la oportunidad de personalización. Rocas de chocolate con frutos secos, galletas, pieles de naranja y limón...

Jengibre con chocolate (de este doy fe, lo probé allí mismo, buenísimo), chocolate con cristales de sal o con Pimentón de la Vera, bombones, almendras caramelizadas y muchas variaciones más. Todas siempre con chocolate, por algo es el protagonista de este lugar.

Una de sus especialidades que cada día salen del taller son las trufas. Su producción es limitada y no hacen grandes cantidades para no acumularlas, ya que aunque el chocolate se conserva mucho tiempo apto para su consumo (de 6 meses a un año, dependiendo si es con leche o negro), prefieren hacerlo así para que se degusten en su máximo esplendor, con la máxima suavidad posible. El sabor no se vería alterado, pero si la textura, ya que se endurecerían. Encontraremos las clásicas trufas, las de coco y en especial la trufa de chocolate blanco y limón (un manjar!) como una de sus especialidades que más éxito tiene.

La variedad y la posibilidad de comprar a granel facilita mucho no quedarse con el deseo de probar alguna de ellas. Particularmente, es una opción de compra que me gusta mucho. Es cierto que de esta forma es posible que paguemos algo más que si estuvieran empaquetadas con un número mínimo de unidades, suele ser así en cualquier producto, pero brinda la oportunidad de poder probar más variedad. Esto nos permite poder pensar en regalos a medida, adaptables tanto en el surtido a elegir como en el presupuesto del que dispongamos que además se presentan en cestas balinesas que acaban de “rematar” la faena. Por algún ejemplo que allí vimos, son muy originales.

La variedad es grande y de ahí, que cueste decidirse por qué escoger. En cualquier caso, si tenemos alguna duda en qué especialidad comprar siempre podemos hacer una pequeña degustación allí mismo donde tienen una pequeña muestra de sus productos.

Ivonne y Christofer trabajan en el taller y Patricia y Nona en la tienda, unos jóvenes ilusionados y formados por el mismo Michel son el equipo que encontraremos en Be Chocolat y que te asesorarán en cualquier consulta que quieras hacer.

Tienen proyectos en mente que aún deben poner en práctica, acaban de abrir y aún les falta redondear el proyecto. Entre ellos, unas barras para la degustación en el propio local de chocolates y quizá algún café, cara al buen tiempo smoothies o fondue de frutas…pero no nos adelantemos todo llegará!. De momento, disfrutar de sus variedades chocolateras ya es posible, incluso comprar un chocolate deshecho para llevar. Id a echarle un vistazo, dejad que la tentación os venza y disfrutad de lo que ya nos ofrecen en Be Chocolat!. Be a Glutton!